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Treinta años en familia

El Oviedo Femenino cumple tres décadas en las que ha logrado debutar en la máxima categoría y siempre volcado con la cantera

Iván Gallego da instrucciones al equipo juvenil del club. OBF

El próximo lunes se cumplirán 30 años desde que Javier Elósegui, José Manuel Prieto y Javier Ruiz fundaron el Club Deportivo Estadio Asturias, la semilla de lo que hoy se conoce como Oviedo Balonmano Femenino (OBF). El que fuera jugador del Real Oviedo en la segunda mitad de los años sesenta, Javier Elósegui, compartía la afición al balonmano con su hija Maite. De esta manera, y una vez retirado del fútbol, creó el Estadio Asturias como un club con varias secciones deportivas. El paso de los años, y el desarrollo de acontecimientos provocó que el club terminara dedicándose de forma exclusiva al balonmano femenino.

Una vez terminada su trigésima temporada se puede decir que el balance es positivo. El club ha militado 26 temporadas en la segunda división nacional, ahora conocida como División de Honor Plata, y la pasada campaña lo hizo en la máxima categoría. Según explica Diego Ruiz, jefe de prensa del OBF, "estos datos superan con creces lo esperado en el momento de su fundación, cuando el objetivo era competir a nivel nacional lo más dignamente posible, pero sin excesivas ambiciones". Para un club cuya actividad se centra en cuidar a las categorías base, el punto de inflexión llega en 2004: "Ese año -recuerdsa Ruiz- deciden apostar por un entrenador semiprofesional que pueda dedicarse casi de forma exclusiva al primer equipo", el elegido fue Belarmino Suárez, Mino.

Alicia, una de las jugadoras más emblemáticas de la historia del club, recuerda como desde ese momento la trayectoria del equipo sénior fue casi imparable: "Yo ya llevaba dos o tres temporadas en el primer equipo pero, en esa época, ya nos juntamos en el equipo sénior un grupo grande de jugadoras que llevábamos juntas desde los ocho o nueve años".

"En esos años el equipo pega un salto enorme. Llegan desde la base un grupo de muchísima calidad", comenta Iván Gallego, directivo del club.

Gallego lleva más de 20 años vinculado al Oviedo Balonmano Femenino y cree que hay otro punto de inflexión clave para los éxitos recientes del equipo: "La llegada de Alfredo Rodríguez en 2007 es importantísima para la entidad pues se establece una nueva forma de trabajar con las categorías inferiores. Todos los entrenadores se reunían a menudo para seguir la misma tónica. Desde benjamines hasta sénior todos los equipos comenzaron a trabajar igual".

El único parón en este ascenso se produce en 2010 cuando el equipo vuelve a caer a la tercera división nacional tras una desafortunada temporada.

Pero de todo se aprende, el club decide implantar el modelo con el que siguen funcionando a día de hoy: un equipo formado casi íntegramente por jugadoras de la casa y en el que se da total confianza a las juveniles. De forma paralela empiezan a sucederse los éxitos en las categorías inferiores, comienzan a recogerse los frutos del buen trabajo realizado con la base.

En 2011 se plantea un nuevo problema, el club no está seguro de si la situación económica les permitirá dar el salto a División de Honor Plata. La decisión final es la de apostar todo y confiar en las jugadoras. Finalmente, el equipo responde convirtiéndose en la revelación de la temporada.

Ese mismo equipo juega la fase de ascenso a División de Honor las tres siguientes temporadas y en 2015 se aseguran un puesto en la máxima categoría del balonmano femenino por primera vez en su historia.

María Gavito, exjugadora y responsable del equipo médico del club, afirma que en la historia del Oviedo Balonmano Femenino la labor de las jugadoras ha sido imprescindible: "Es una gran familia, crecimos todas juntas y vimos crecer a las más jóvenes. Aunque dejes de jugar, nunca dejas de estar vinculada al club, cada una sigue aportando lo que puede. Sin ir más lejos, yo he montado mi propia clínica de fisioterapia y desde hace cinco o seis años me encargo de los servicios médicos del club".

De cara a los próximos años, todos coinciden en que el objetivo debe ser el de recuperar la fortaleza de los cimientos sin que se venga abajo el resto de la estructura. Ala vez que mantienen al equipo sénior en la pelea por recuperar la máxima categoría, intentarán trabajar en la captación de nuevos talentos. Se supone una tarea difícil pero que se llevará a cabo con gusto, manteniendo siempre ese ambiente familiar en el que; los que llegan, llegan para quedarse, y los que marchan, nunca lo hacen del todo.

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