Simone Biles no se irá de Río con el pleno de cinco oros al que aspiraba, al resbalarse en su ejercicio de barra y ver cómo la pasaban en la clasificación su compañera Lauren Hernández, medalla de plata, y la gimnasta holandesa Sanne Wevers, que consiguió un oro de valor incalculable.

Pese a ser Wevers subcampeona mundial de este aparato, las presentaciones que había hecho Biles en la barra, tanto en la jornada de clasificación como en las finales por equipos e individual absoluta, hacían impensable que perdiera el título.

Biles no apoyó bien en la barra después de un mortal y tuvo que agarrarse con ambas manos a la viga para evitar la caída, en un ejercicio que hasta entonces iba sin fallos.

Wevers llegó a la final con la cuarta nota. Pero presentó aún más dificultad que Biles, 6,600, y con un ejercicio impecable se fue hasta los 15,466 puntos. Cuando pasaron las ocho finalistas y mantuvo la cabeza de la clasificación, no cabía en sí misma de gozo.