Suecia elevó ayer el listón de historia futbolística al clasificarse por primera vez a la final del fútbol femenino de los Juegos Olímpicos con un golpe maestro que podría llamarse 'Maracanazo', pues la víctima fue la selección brasileña en una tanda de penaltis que perdieron por 3-4 después de que a los noventa minutos se hubiese llegado con el resultado de empate a cero.

Las brasileñas buscaban el acceso a la final en busca de una medalla de oro que les resulta esquiva. Tendrán que conformarse con la lucha por el bronce el viernes frente a la perdedora de la otra semifinal entre canadienses y alemanas.

Suecia, que no había alcanzado un podio olímpico en el fútbol femenino, ahora busca todo el botín en los Juegos de Río de Janeiro.

Las suecas, con un estilo de juego defensivo que viene siendo discutido desde que la estadounidense Hope Solo las llamó "cobardes" tras caer ante ellas en las semifinales, dejaron que todo el desgaste lo hicieran las anfitrionas.

Sin goles, la serie debió ir a la prórroga y a la tanda de penaltis donde la guardameta Hedving Lindahl fue decisiva.