Saúl Craviotto no se conforma con nada. Dos días después de añadir otro oro a su colección medallas, formando pareja con Cristian Toro en K-2 200, echó hasta el último aliento para colgarse el último metal olímpico que le faltaba: el bronce en un K-1 200, que tuvo que compartir con una leyenda del piragüismo, el alemán Ronald Rauhe. Craviotto sigue por detrás de otro piragüista, David Cal, como el español con más podios en los Juegos, pero aplicando el criterio del número de oros ya es el deportista español más grande de la historia olímpica. De paso ha coronado al piragüismo como el deporte rey en los Juegos de Río, con tres oros (junto al de Maialen Chourraut y Marcus Cooper) y un bronce.

Las cuatro medallas propiciaron que España acabase ocupando el segundo lugar en el escalafón del piragüismo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, sólo superada por Alemania, con siete metales: cuatro de oro, otros dos de plata y un bronce. Además, la delegación española completó su exitosa participación con cuatro diplomas olímpicos, lo que supone el mejor balance de los deportistas españoles en los Juegos.

La medalla de bronce de Craviotto es la decimosexta del piragüismo español en toda la historia de los Juegos Olímpicos, dejando atrás las trece que acumula el atletismo. Craviotto, el deportista español en activo con mejor palmarés olímpico, finalizó tercero en un desenlace de foto-finish, ya que igualó en el último cajón del podio con el alemán Ronald Rauhe. El oro se lo apuntó el británico Liam Heath (35.197) y la plata fue a manos del francés Maxime Beaumont (35.362).

Craviotto, que esperó durante unos interminables segundos al dictamen del jurado, señaló que "esto es un regalo. Yo esperaba estar luchando entre los cinco primeros, meterme en la final, pero una medalla ha superado por mucho mis expectativas. Y añadió: "He comprimido el esfuerzo de cuatro años en 30 segundos, que es algo muy difícil. He pensado en todo antes de salir. La rabia del año pasado cuando me quedé fuera de la final del Mundial. Lo he pasado muy mal y eso me ha hecho espabilar y estar alerta todo el año", comentó.

El palista catalán, afincado en Gijón y que se entrena en Asturias a las órdenes del luanquín Miguel García, explicó que en los primeros 50 metros pensaba que iba a "quedar atrás. No el último, pero sí atrás, porque he salido fatal y luego he tenido un desequilibrio. Por la mitad he sacado fuerzas no sé de dónde y he podido remontar". Craviotto dijo que aún no quiere pensar en los próximos Juegos. "¿Tokio? Ahora sólo pienso en las vacaciones en Lanzarote. Estuve viendo las imágenes de cómo vivieron la medalla mi mujer y mi hija y eso me ha dado mucha energía".

Retirado David Cal después de los Juegos de Londres, Saúl Craviotto es la referencia del piragüismo español, que pese a las doce medallas logradas antes de os Juegos de Río estaba siendo tratado como un mero deporte minoritario. Pese a las poco más de 9.000 licencias, el piragüismo acaba de dar un golpe de autoridad, demostrando el tremendo potencial que atesora. Y con buenas perspectivas de futuro, ya que hay un nutrido grupo de jóvenes que vienen pisando fuerte, entre ellos los asturianos Javier Cabañín, Sara Ouzande, Pelayo Roza, Miriam Vega, Pedro Vázquez, Juan Oriyés o Íñigo Noval.

Catorce de los éxitos del piragüismo nacional en los Juegos provienen de la modalidad de aguas tranquilas, con cinco medallas del gallego David Cal, seguido ahora por Saúl Craviotto, con cuatro, y del asturiano Herminio Menéndez, con tres como máximos medallistas. Las dos preseas en aguas bravas corresponden a Maialen Chourraut, oro en Río y bronce en Londres.

El piragüismo español se estrenó en el medallero olímpico en el año 1976 en Montreal con la plata en K-4 1000 metros, con el mítico cuarteto formado por Herminio Menéndez, Luis Ramos Misione, José López Díaz Flor y José Estebal Celorrio.

Cuatro años después, en Moscú 1980, llegaron otras dos: la plata en K-2 500 de Herminio Menéndez y Guillermo del Riego, y el bronce en K-2 con Herminio y Misioné. En Los Ángeles-84, Enrique Míguez y Narciso Suárez conseguían en C2 500 la cuarta medalla para el piragüismo español, que atravesó una sequía hasta Atenas. David Cal empezó su recuento con dos medallas, un oro en C1 1000 y una plata en C1 500, mientras que en 2008 ganaría dos platas y cerró su ciclo con otra plata más en Londres. En China, Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial se proclamarían campeones en K2 500 metros. Y Saúl, en solitario, ganó una plata más en Londres.