"No estar en las medallas es perder". Así valoró el asturiano Javier Hernanz el quinto puesto logrado por el K-4 1.000 español en la final olímpica. Los cuatro integrantes del barco lamentaron el error en la estrategia que les alejó del podio. En la prueba reina del piragüismo en línea, la que todos los paises miman, veinte años después de los Juegos de Atlanta-96, España repite diploma. Hernanz, Rodrigo Germade, Óscar Carrera e Íñigo Peña se han exprimido durante tres años para llegar a tope al día D, ayer, y el resultado les supo a poco.

El anterior diploma del K-4 españo fue en Atlanta-96, gracias al gozoniego Miguel García, Jovino González, Emilio Merchán y Gregorio Vicente, igualmente quintos clasificados. El equipo de Alemania, que dominó con autoridad durante toda la prueba ayer en Río, ganó el oro con un tiempo de 3:02.143, mientras que la plata fue para Eslovaquia (3:05.044) y el bronce para la República Checa (3:05.176).

Australia llegó en cuarto lugar y a continuación el equipo español, a 4.6 segundos del alemán. Hernanz, que ejerció de marca, y sus compañeros se habían puesto como objetivo mínimo acabar entre los cinco primeros, pero el desarrollo de la regata les dejó mal sabor de boca.

En caliente, pocos minutos después de finalizar la regata, Hernanz expresó su frustración en la cadena Cope: "Veníamos haciendo unos tiempos para poder ganar y quedamos quintos. No teníamos que hacer ningún milagro. Da rabia estropearlo todo por un error de estrategia", añadió el asturiano en referencia a la táctica prudente, que los alemanes hicieron saltar por los aires con un ritmo brutal.

"Hay ganadores y perdedores", abundó Hernanz, al que el deporte no le sirve de consuelo en su segunda participación olímpica. En Atenas-2004, formando pareja con Pablo Baños, no pasó de semifinales. Y la de ayer, con 33 años, pudo haber sido su última participación olímpica. "Los Juegos son cada cuatro años y para llegar hay que superar un embudo tremendo. A los Juegos llegan cuatro, por eso la frustración es muy grande. El deporte sólo se acuerda de la gente que gana. Todos saben lo que nos sacrificamos, pero somos unos perdedores. Es lo que hay".

Hernanz fue el más contundente, pero alguno de sus compañeros tampoco escondían su frustración. El guipuzcoano Íñigo Peña reconoció que "te quedas con un poquito de pena porque nos hemos pasado estos cuatro años trabajando para conseguir una medalla en Río".

El gallego Óscar Carrera explicó que cuando él y sus compañeros llegaron al campo de regatas había un viento en contra muy fuerte y decidieron que, en lugar de desgastarse desde un comienzo, guardarían fuerzas para el final de la prueba. "Pero el viento amainó cuando comenzó la prueba y teníamos que haber partido con más fuerza desde un principio, en lugar de sólo intentarlo al final. Son cosas que no puedes medir", dijo.