Las medallas conseguidas en los Juegos Olímpicos de Río por Saúl Craviotto y Cristian Toro se cocinaron en el restaurante corverano Casa Ovidio. Allí llevan comiendo y cenando los piragüistas desde el pasado 2014, y hasta allí se desplazó ayer Craviotto, nada más salir del Aeropuerto de Asturias, para recibir un sentido homenaje por parte de su "segunda familia". Acompañado en todo momento por su entrenador, el luanquín Miguel García, preparador y pupilo fueron invitados a un "pinchoteo" por parte del equipo del restaurante que lleva años alimentando a las bestias del canoaje nacional.

"El deportista tiene tres pilares: el descanso, el entrenamiento y la alimentación; y, sin duda, aquí cuidamos bien el tercero", expresó Craviotto con una sonrisa, mientras recibía las felicitaciones de las decenas de personas que se acercaron hasta el restaurante corverano para ver, en directo, las medallas que el piragüista logró en los 200 metros de K-2 y K-1. "Siempre recomiendo este lugar a través de mis redes sociales, porque estoy encantado. Nos tratan como en casa", abundó el doble medallista, que reconoció que "el gazpacho y la fabada" son sus debilidades de la cocina corverana.

También su entrenador, Miguel García, hizo hincapié en la importancia de una "buena dieta" para el rendimiento deportivo, así como del "trato humano" que los integrantes del combinado español reciben en Corvera. "Nunca tienen problemas de horario para poder comer, y que todo sea tan familiar es muy importante. Sobre todo para Toro. Él no tiene familia aquí, y los miembros del restaurante son su familia asturiana, explicó García.

Precisamente, la ausencia de Cristian Toro fue lo que más apenó al equipo de trabajo de Casa Ovidio. "Es un chaval que derrocha alegría. Come de todo, es muy educado, siempre está de buen humor... Qué pena que no pueda estar hoy aquí para celebrarlo con nosotros", lamentó Tita Díez, cocinera del restaurante quien, con orgullo, enseñaba un Whatsapp del compañero de Craviotto en el K-2. "Me dijo que no desvelase a la prensa el secreto del oro, que no es otro que la fabada de nuestro restaurante", presumió la hostelera.

Además de familiares y allegados, a la fiesta de bienvenida, que culminó con la degustación de un tarta en la que estaba dibujada una piragua, también asistió Carlos Pérez, "Perucho", ganador del oro con Súl en K-2 en los Juegos de Pekín; Lola Román, encargada del restaurante del Centro de Alto Rendimiento de Trasona entre 2008 y 2012, que destacó "lo que se hacen querer" ambos deportistas; el alcalde de Corvera, Iván Fernández, y la Banda de Gaites de Corvera, capitaneada por su director, Bras Rodrigo, que tocó para el piragüista.