Consumado el empate sin goles de Vitoria, capital Mendizorroza, el gran timonel, o sea Abelardo Fernández, confesaba que su Sporting de hoy tiene más madurez y veteranía que el pasado. Y tiene razón en esa apreciación que eleva a ambas condiciones a la categoría de virtudes futbolísticas. El Sporting, según su entrenador, ha ganado en madurez y veteranía, y lo ha demostrado en los dos partidos de Liga que ha disputado hasta ahora. Supo ganar al Athletic Bilbao, al que aguantó el resultado en unos minutos finales sin angustias, y supo empatar ante un Alavés que llegaba con la carga emocional de volver a jugar partidos de Primera después de muchos años sin hacerlo y con el refuerzo del empate nada menos que en el Calderón, con gol en el último minuto tras encajar otro en un penalti más que dudoso.
Abelardo sabe que el Sporting de la pasada temporada tuvo serios problemas para aguantar partidos que llevó controlados desde el minuto uno. Los rojiblancos perdieron muchos puntos con goles en contra a última hora y por desaciertos en el remate en momentos cruciales de algunos partidos. El domingo fueron llevando el partido hacia el empate sin goles con una naturalidad asombrosa de la que tampoco se dio cuenta el Alavés.
Como todo equipo nuevo este nuevo Sporting tiene cosas que mejorar. Por ejemplo, evitar la entrada en el apartado de cuestiones sobre las que puedan polemizar los tertulianos de la noche. En el primer partido fueron los gritos contra Williams de un puñado de indocumentados. El caso no se ha cerrado, y a ver cómo termina. En Vitoria, un supuesto pisotón de Lillo a un contrario caído en el suelo. Las idas y venidas con el gesto del lateral rojiblanco, de negro el domingo, hay que evitarlas como sea porque al Sporting hay un amplio sector arbitral que le tiene tomada la matrícula. Evitar tentaciones como la vivida en las últimas horas puede ser una buena vía de acceso a la felicidad futbolística.
Estos detalles han de ser cuidados, como cuidado hay que tener con los martes. Porque hoy, damas y caballeros, señoras y señores diputados, es martes, aunque esto siga sin ser Bélgica. Un buen día para echar las primeras cuentas de la temporada y para cerrar las plantillas que haya que cerrar ya que mañana concluye el plazo para fichar. Hasta el día 11, al mediodía, en el Anfield del Piles no tiene el Sporting nuevo compromiso oficial, con la visita del Leganés de Miguel Ángel Guerrero. Un equipo que no ha caído en las dos jornadas disputadas y que ha mostrado una solidez que ya quisiera para sí el Granada, por poner un caso cercano, con el entrenador Paco Jémez pidiendo que lo manden para su casa tras la goleada de Las Palmas de Gran Canaria donde disfrutan nada menos que del líder de Primera. Un peligro el Leganés y un peligro la UD Las Palmas de Quique Setién. Pero cada semana aparece el peligro de turno, y el Sporting ha de ser un peligro para el rival. Un Sporting que ha recibido unas buenas dosis de madurez y veteranía, condiciones muy adecuadas para pelear en la selva del fútbol profesional donde habita la Primera División.
