Pablo Carreño dará hoy un nuevo paso adelante en el ranking mundial. Otro más en ese constante progresar a lo largo de la temporada. Pequeño en el caso de la clasificación individual tras haber iniciado el Abierto de Estados Unidos ya en el mejor puesto de su carrera, el 39.º, el mejor también alcanzado en la historia por un tenista asturiano, pero más que notable en la de dobles. El gijonés ganó dos partidos individuales en Nueva York (ante el bielorruso Ivashka y el serbio Tipsarevic) que le valdrán para mejorar también al menos un par de plazas en la tabla, y nada menos que cinco choques en dobles junto a Guillermo García López hasta llegar a la final, lo que pueden llevarle del puesto 61 que ocupaba cuando llegó a Flushing Meadows a entrar también en este apartado entre los cuarenta mejores jugadores del mundo.
Y es que el tenista forjado en el Grupo Covadonga expresa como pocos su carácter polifacético en la pista, encontrándose igual de cómodo disputando los individuales como compitiendo en dobles. Carreño ha tardado en explotar (25 años) pero lo ha hecho con paso firme bajo el paraguas de sus nuevos entrenadores Samuel López y César Fábregas. No son sólo sensaciones, esa palabra tan de moda en el deporte, sino resultados. En lo que llevamos de año ha estrenado su palmarés en el circuito ATP tanto en individuales (Winston-Salem, en Carolina del Norte) como en dobles (Quito, junto al argentino Durán), habiendo sido finalista en otros dos torneos en el cuadro individual -Estoril y Sao Paulo- y en tres más en el de dobles: Sao Paulo y Río de Janeiro junto al canario David Marrero, y el reciente Open USA con el albaceteño García-López. En total, de las siete finales jugadas en su carrera, todas este año, seis fueron en las Américas: tres en Brasil, dos en Estados Unidos y una, la primera de todas, en Ecuador.
Es Carreño el único tenista español junto a Rafael Nadal que ha ganado este año tanto en individuales como en dobles, una modalidad al alza entre una "Armada" que está bajando su rendimiento en el apartado individual. Y es que lejos quedan ya los años en los que Rafa Nadal y David Ferrer garantizaban entre ellos solos una docena o más de títulos individuales al tenis español. Rafa "únicamente" lleva dos este año (Montecarlo y Valencia) y el de Jávea sigue a estas alturas en blanco, lo que no le ocurría desde la temporada de 2009. Por contra, los tenistas españoles acumulan este año ya siete títulos en dobles, casi tantos como los ganados en las tres temporadas anteriores (tres en 2015, dos en 2014 y cuatro en 2013).
Con 25 años y siete finales este año, el asturiano Pablo Carreño ha dejado ya de ser una promesa para asentarse en la élite de una nueva generación. Y es que el gijonés es el más joven de los once jugadores españoles con títulos ganados esta temporada, y el único junto al castellonense Roberto Bautista y el barcelonés Albert Ramos, ambos de 28 años, por debajo de la treintena: Rafael Nadal y Marcel Granollers tienen 30; 31 Nico Almagro; 32 Fernando Verdasco; 33 Guillermo García-López; 34 los "lópeces", Feliciano y Marc, y los 36 de David Marrero.
