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Martín Fiz, pura vida de un deportista modelo

Martín Fiz fue uno de los mejores atletas españoles de la década de los 90 -campeón del mundo y de Europa de maratón- y sigue siendo un ejemplo para los que valoran la grandeza del deporte. Lo pudieron comprobar los asturianos que se acercaron a las salas de Gijón y Oviedo donde se proyectó la película "Fiz. Puro maratón". Una delicia de 72 minutos que gustó a los que admiran al deportista y encantó a los que valoran al ser humano. Porque, veinte años después de sus triunfos más resonantes, el vitoriano mantiene una filosofía de vida basada en el esfuerzo y el respeto por los demás. Fiz fue generoso en la victoria y comprensivo cuando no logró sus objetivos. En su caso no se puede hablar de derrotas porque sólo pierde el que no lo intenta. Su excepcional calidad humana quedó en evidencia cuando pidió un aplauso para Abel Antón, el compañero-rival que le privó del triunfo más deseado en el Mundial de Sevilla de 1999. Aquel en el que Yago Lamela también se quedó a las puertas del oro y para el que Martín Fiz, a diferencia de tantos que estuvieron más cerca del avilesino, tuvo un sentido recuerdo. Puro Fiz.

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