Boris está pasando por un inicio de temporada difícil. El central del Marino (exjugador de Primera División) acabó la pasada temporada con problemas en el tendón de aquiles y en el verano tuvo que darle reposo. Eso le impidió tener actividad durante dos meses y cogió unos kilos que le costó mucho bajar, pero ya está viendo los frutos de su trabajo. "Ahora estoy en el peso que se me pide y el tendón va mejor, así que entreno día a día para ganarme un puesto y ayudar a llevar al Marino lo más arriba, que es donde tiene que estar", señaló.

El pasado domingo entró en la lista de Pulgar ante el Siero (1-0) después de cinco semanas fuera de la convocatoria pero no llegó a jugar, al igual que sucedió ante el Tuilla en la segunda jornada en el Candín. Y el técnico subraya su progresión. "Es un jugador que tarda en coger la forma, pero ha mejorado mucho", explica.

Pulgar destaca "la enorme profesionalidad" de un futbolista de Primera División que, señala, "sabe que le cuesta pero que es un ejemplo para todos por su comportamiento el vestuario y su entrega en los entrenamientos".

El objetivo del defensa es jugar lo más posible, pero es consciente de que hay mucha competencia. "Este año hay jugadores muy buenos y es positivo por las expectativas del club de estar arriba, pero eso eleva el nivel y nadie se puede dejar", explicó.

Las expectativas pasan por lograr el ascenso, y Boris lo ve muy factible. "Se fichó a gente joven con mucha ilusión que sabe lo que es el Marino y los renovados tenemos muchas ganas, por eso creo que la plantilla es muy buena como demuestra el que aún no hayamos perdimos".

Boris (36 años) se entrega como un principiante. "La ilusión por jugar al fútbol nunca se pierde y yo entreno con ganas porque hago lo que más me gusta". Y esa ilusión le impide pensar en la jubilación. "No encuentro momento para retirarme porque me encuentro bien y tengo ganas de jugar cada día, por eso quiero seguir adelante", insiste.

Jugar en el Marino es un factor que, asegura Boris, alimenta esa ilusión. "Siempre agradeceré a la afición y al club lo mucho que me aprecian. El presidente me apoyó en todo tras la lesión y me siento muy querido; por eso no me puedo dejar ir, porque me debo al club y a la afición".