De Burgos se sabe que la morcilla es excelente y que el Unión Financiera sale mal parado cada vez que va a jugar un partido de baloncesto al polideportivo El Plantío. Una plaza complicada en la que el conjunto ovetense se ha quedado lejos de lograr una victoria en las cuatro temporadas que lleva compitiendo en LEB Oro. Un Burgos que, para ser justos, siempre es uno de los rivales más duros de la categoría.

Dejar la derrota de Burgos en un accidente depende mucho de lo que suceda hoy (20.45 horas) en el polideportivo de Pumarín frente al Cáceres. Una victoria mantendría a los de Carles Marco invictos en su cancha y con un balance de tres victorias en cuatro partidos que les colocarían en una muy buena situación en la tabla. Un gran balance para un equipo que no ha podido contar hasta el momento (tampoco podrá hacerlo hoy) con su fichaje más importante: el pívot Edu Hernández-Sonseca.

Carles Marco reconoce que en Burgos no tuvieron su mejor día y espera que eso sirva a su equipo para reaccionar: "Venimos de no jugar un gran partido, tenemos que mejorar muchas cosas y es el momento de hacerlo". El primer paso para curar una enfermedad es tener un buen diagnóstico. El técnico del Unión Financiera está convencido de que el diagnóstico ha sido el acertado y de que por lo tanto la enfermedad estará hoy totalmente curada: "El equipo va a reaccionar bien, hemos entrenado mejor que la semana pasada y nos hemos dado cuenta de en qué erramos. Espero que delante de nuestra gente y con su apoyo podamos hacer un buen partido e implantar nuestro juego", añadía Carles Marco.

El rival parece propicio para resarcirse de la derrota del viernes. El Cáceres ha perdido sus tres partidos dejando muy malas sensaciones. Una tendencia que hace que el entrenador de los ovetenses sitúe su mayor peligro precisamente en el mal momento por el que atraviesan los extremeños: "Va a ser un rival con ganas de resarcirse y de mejorar las cosas que han hecho mal. Sabemos que viene un rival herido".

El Unión Financiera busca esta noche dar una nueva alegría a una afición que ya respondió en el debut en casa. Los de Carles Marco deberán mejorar aspectos de su juego como el del rebote. Los ovetenses, con 25,7 por partido, son el segundo equipo que menos rebotes coge de la Liga. El consuelo es que el peor en ese aspecto, con 21,3, es precisamente el rival al que se van a enfrentar hoy en un Pumarín que aspira a seguir siendo un fortín.