El flamante premio "Princesa de Asturias" de Deportes, Javier Gómez Noya, demostró ayer tener un gran corazón. Y no por su valvulopatía aórtica, malformación congénita cardiaca que casi le impide forjar un currículum brillante en el atletismo, sino por su cercanía y amabilidad con las miles de personas que se sumaron a la carrera popular que lideró el triatleta. Primero en bicicleta, junto a medio centenar de presentantes de los diferentes clubes de triatlón del Principado, y después a pie, ante una marea de corredores con la camiseta naranja conmemorativa de la prueba, Gómez Noya conquistó a los allí presentes a base de fotografías y autógrafos, que no negó a nadie. "Gracias por estar conmigo y permitirme compartir esta carrera con vosotros", correspondió el pentacampeón mundial a sus "fieles", que no dejaron de jalearle en ningún momento.

"Fue genial. Supercercano, habló con nosotros como con cualquiera, generoso, preguntándonos en todo momento cómo íbamos... Una pasada", aseguró Andrea Trigo, promesa del Triatlón Lugones, que compartió marcha ciclista por las calles de Avilés con el deportista gallego. "Nos aconsejó que nadásemos mucho y que disfrutásemos", desveló la joven, quien, además de la experiencia, se llevó varias fotos y un autógrafo de Gómez Noya.

Además de jóvenes valores del atletismo, en la prueba popular también participaron realidades del deporte nacional. Uno de ellos fue el avilesino Aitor Fernández de la Coba, especialista en los 5.000 metros lisos, quien no quiso perderse la oportunidad de correr junto al premiado. "Es un honor tenerlo en la ciudad y se trata de una actividad muy guapa", afirmó Fernández, quien sólo participó en la prueba a pie. "Con la bicicleta son muy torpe", reconoció con humor.

Pero los veteranos tampoco quisieron dejar escapar la oportunidad de compartir circuito con el triatleta gallego. "Soy un asiduo a las carreras populares, pero hoy vengo para conocer en persona a Gómez Noya. Es un fenómeno y un superclase", aseguró José Enrique Rodríguez Cal, "Dacal II", medalla de bronce en Múnich-72, mientras esperaba con ansia el pistoletazo de salida de la prueba a pie.

Aunque la carrera tenía carácter popular, el espíritu competitivo del premio "Princesa de Asturias" quedó bien patente entre los atletas participantes. "Salí junto a él, pero a los 500 metros ya iban muy lanzados. Era imposible seguirle el ritmo", comentó con humor José Ramón Tuero, director general de Deporte del Principado y triatleta, quien también participó en la carrera con la que ayer se descubrió por qué el "punto débil" de Gómez Noya es la natación: porque tiene los pies en el suelo.