El español Marc Márquez (Honda), ya con su tercer título de MotoGP en el bolsillo, sumó ayer en el circuito australiano de Phillip Island su séptima pole de la temporada y lo hizo además en medio del descalabro de los pilotos oficiales de Yamaha, Valentino Rossi y Jorge Lorenzo. Márquez, que se sitúa de nuevo en solitario al frente de la tabla de récords de mejores clasificaciones de entrenamientos con 65, una más que Lorenzo y Rossi, no tuvo rivales en en la sesión de clasificación, aventajando en ocho décimas al británico Cal Crutchlow (Honda) y en casi un segundo al español Pol Espargaró (Yamaha), que le acompañarán en la primera línea de salida. El de Yamaha aprovechó en la última vuelta el rebufo de su hermano Alex (Suzuki) para arrebatarle la tercera posición en la parrilla. La debacle de sus rivales por el título hasta la pasada carrera de Japón, Jorge Lorenzo y Valentino Rossi, fue total. El balear, que logró por los pelos el pase a la segunda clasificación, evidenció una vez más lo mal que se desenvuelve con el piso mojado y acabó duodécimo a más de seis segundos y medio del ya campeón, y el italiano protagonizó uno de los peores entrenamientos de toda su carrera, finalizando decimoquinto.