Se nos ocurre por aquí tirar de Dylan porque de Dylan tiró todo el mundo estas últimas semanas. Tanto, que la pregunta que más abundó en los premios "Princesa de Asturias" fue: "¿Qué le parece el Nobel concedido a Dylan?". Esa pregunta generó titulares dylanianos, lo que hizo que el protagonismo fuera del "amigo Bob" en lugar de "mandar" los galardonados. Estas cosas certifican la magnitud del músico de Minnesota (está tan interiorizado que decimos de Minnesota, sin situar el país, como si dijéramos de Murcia). Dylan tiene pinta de no tener ni idea de fútbol, pero tiene grandeza, como el Madrid (no tanta, pero está ahí).
Haga lo que haga, el Madrid es objeto de debate y venganzas, como ocurre con el cantante. Empieza con los que saben de esto del fútbol y termina entre los del pueblo llano, los que no controlamos nada, salvo que cada cual desde sus equipos queridos hace sus forofos análisis. También en esto, en mirar lo suyo, el Madrid es una excepción. Desde Al Palo ya se habló decenas de veces (la última, la semana pasada, y se insistirá cuantas ocasiones lo requiera la tesis) de una corriente merengue que acostumbra a dar cera al equipo por lo que fuere. Y también se dijo aquí que tiene que tratarse de infiltrados. No puede ser que a la más mínima se dé leña al primero que pillan, que suelen ser CR7 o Bale.
Bien, resulta que ahora volvió la teoría de la "pegada". "El Madrid gana con su pegada". ¿Y? Mejor pegada y goles que sesteos. No se oye decir "el tal gana con el dulce golpe del suave juego del futbolín". Claro que la definición tiene un punto insoportable de pedantería. No, de momento está penada la pegada. O mejor, está penada la grandeza.
Está en discusión si Dylan tiene méritos para un Nobel. Discusión necesaria. No está en discusión que es uno de los más grandes músicos de la historia de música popular, que cambió las cosas. Pues en el caso del Madrid ni A ni B: el Madrid no está en discusión por mucho que lo intenten infiltrados, homilías y rivales.
Y ya que en esta ocasión buscamos este extraño vínculo "cantante-Nobel-fútbol", pongamos para el CD de Al Palo "Hurricane", de Dylan. Más que nada por la "pegada" que tenía Rubin "Huracán" Carter.
