La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Todos mal

La guerra de Mestalla degeneró en una carrera de sinrazones que nadie quiso ni acertó a cortar

Como no hubo una Champions a la que agarrarnos, la semana se consumió dándole vueltas a la refriega de Mestalla. Y cada giro de los acontecimientos era para peor. Ni una voz que pusiera un poco de sensatez. Como los árbitros no pueden hablar, nadie defendió a Undiano por aplicar el nuevo criterio de los fuera de juego posicionales, o las tarjetas por agarrones. También se pasó de puntillas por la agresividad de la grada, fomentada por futbolistas como Mario Suárez o Enzo Pérez, con muchos más merecimientos que Busquets para ver la tarjeta roja. A partir de ahí, todos estuvieron mal: Neymar, por encararse y provocar a una grada ya bastante caliente; los energúmenos que lanzaron objetos al campo, y no sólo el de la botella; Luis Suárez por simular una agresión que sólo afectó realmente a Neymar; Javier Tebas por su incontinencia verbal; los miembros del comité por pasar de legisladores a porteras de vecindario; y, en fin, los dirigentes del Barcelona por volver a la senda victimista y al recurso fácil del enemigo exterior en vez de reprender y corregir a los suyos.

Compartir el artículo

stats