El que quiera asaltar el fortín de Pumarín tendrá que hacer mucho más y estar bastante más acertado de lo que lo estuvo ayer el Huesca. El Unión Financiera tiene demasiado talento en su plantilla como para dejar que se le escape tan fácilmente una victoria en casa. Quien quiera ganar en Oviedo deberá aprovechar los momentos de desconexión de un equipo con cierta tendencia a la irregularidad, a dejarse ir cuando el partido está de cara. Bien es cierto que en la victoria (88-84) ante el Lleida, con el partido ajustado, no llegó tal desconexión. Tampoco se lo podían permitir.

El Unión Financiera saltó anoche a la cancha de Pumarín mandando, con un Salvó muy enchufado en ataque y en defensa. Pero el estirón importante en el marcador lo dio el equipo cuando entró a la pista Dani Pérez. El catalán, todo un lujo para la afición ovetense, no figuró en el quinteto inicial pero enseguida dejó claro quien es el base titular en este equipo. Estuvo más anotador que otros días (19 puntos) y volvió completamente loca a la defensa del Huesca. Dos tiros libres suyos a menos de un segundo para el final del primer cuarto dejaron el marcador 22-13 cuando sólo habían transcurrido diez minutos. En el inicio del segundo parcial dos triples (uno de Dani Pérez y otro de Windler) y dos canastas de Dos Anjos, que ayer se quitó el mal sabor de boca que le dejó la derrota (95-78) en Lugo, pusieron la renta en un 32-15 que ya empezaba a parecer definitivo.

La grada de Pumarín, un poco menos concurrida que otros días, se divertía y prácticamente daba por solventada la papeleta. Muchos pensaron que esa noche el equipo no iba a necesitar de ellos para ganar. No fue del todo cierto. Dos Anjos, Barro y Salvó se fueron cargando de faltas. Eso facilitó que a 3.57 para el descanso debutara en Pumarín Edu Hernández-Sonseca. El público se puso en pie para ovacionar a un jugador que puede hacer de esta plantilla una de las más competitivas de la categoría. Entró Hernández-Sonscea y el equipo se relajó. Tanto que en un santiamén se pasó del 36-23 al 41-36 con el que se fueron los dos equipos al vestuario. De pronto, el Magia Huesca estaba otra vez metido en el partido.

La cosa no mejoró a la vuelta de vestuarios. Un triple de Carlinos puso el empate a 45 en el marcador cuando quedaban cinco minutos del tercer cuarto. Tuvo suerte el equipo ovetense de que ayer el Magia Huesca estuviera completamente negado desde la línea de triple (3 de 25). Lo cierto es que a partir del empate el Unión Financiera, con el público ya más metido en el partido, quiso zanjar la contienda antes de llevarse un disgusto que no entraba dentro del guión.

Hernández-Sonseca sacó a relucir parte de su enorme talento, Löfberg volvió a atacar la canasta con convicción y, por supuesto, Dani Pérez. Siempre Dani Pérez. El chico lo hace todo bien y pone siempre el ritmo que le interesa al equipo. Así las cosas, los de Pumarín se trabajaron una renta de ocho puntos (59-51) para llegar al último cuarto sin sobresaltos. Los diez minutos finales fueron plácidos para un Unión Financiera que se volvió a mostrar consistente y fiable. También en defensa.

Lo peor del partido para los locales fue la lesión de Mouhamed Barro. El pívot senegalés salió de la pista con gestos de mucho dolor. Y lo mejor volvió a ser que la afición de Pumarín disfrutó de un equipo al que sólo le falta un poco de constancia y creerse de verdad que puede aspirar a todo.