Iberdrola, junto con el Consejo Superior de Deportes (CSD), apoya a federaciones nacionales que destacan en la promoción e incremento de la participación femenina en todos los ámbitos del deporte, como la gimnasia rítmica, el triatlón, la natación, el rugby, el piragüismo, el bádminton, el fútbol, el balonmano, el voleibol y el voley-playa.

Uno de los deportes con protagonismo femenino en los que España se ha convertido en una potencia internacional es la gimnasia rítmica. La brillante e histórica medalla de plata lograda en los Juegos de Río por el conjunto español es la punta del iceberg de una ingente cantera de grandes gimnastas. La actuación en Río del equipo español, integrado por Alejandra Quereda, Lourdes Mohedano, Elena López, Sandra Aguilar -las cuatro ya habían participado en los Juegos de Londres 2012- y la debutante Artemi Gavezou forma ya parte de los momentos más destacados del deporte español en 2016.

España volvía a la elite mundial y se quedaba a sólo un escalón de igualar el histórico oro conquistado en Atlanta 96. Dos décadas después, la rítmica española volvía a hacer historia. La plata en Río se sumaba además a las numerosas medallas logradas en Copas del Mundo y en las más destacadas citas internacionales. Pero detrás de ese equipo ganador hay también una sólida base. Prueba de ese potencial ha sido el pasado Campeonato de España de Gimnasia de Conjuntos celebrado del 1 al 4 de diciembre en el Palacio de los Deportes de Murcia; una competición que reunió a más de un millar de gimnastas procedentes de todo el territorio español y de todas las categorías. El Campeonato de España Divina Pastora, que cerraba un gran año para la gimnasia rítmica española, y que contó con el apoyo de Iberdrola, fue un éxito de participación. Los equipos que lograron el oro en la clasificación general fueron el Rítmica-Pozuelo en categoría júnior; el Ruth Ritmo de León en infantil; Praxis en categoría senior; el Marbella en alevín; el Mabel en Primera y el GR Adoney en categoría benjamín.

La presencia en Murcia de las subcampeonas olímpicas, que quisieron apoyar la última gran cita del año, fue uno de los alicientes de la competición. El éxito del Campeonato de España se unía además, a la gran fiesta de la gimnasia vivida en noviembre en Valladolid, que acogió a su vez los Campeonatos de España que contó con más de dos mil participantes.