El talento que tenía Gracan jugando al fútbol es fácil de comprobar. Tan solo hay que preguntar por él a un habitual del municipal ovetense a principios de los años 90. La respuesta será casi siempre la misma: "Jugaba muy bien al fútbol, de los mejores que vi en el_Tartiere". Y no es fácil adquirir esa categoría tratándose de una época dorada para el club azul. Un equipo que, de la mano de Jabo Irureta, llegó a disputar la Copa de la UEFA.

Nenad Gracan tiene ahora 54 años y la elegancia que exhibía en el campo la aplica ahora para dirigir a la selección sub-21 de Croacia, en la que lleva tres años. Un equipo al que trata de hacer competitivo a pesar de las dificultades que tiene para lograrlo un país pequeño: "Tenemos buenos jugadores pero cuando uno destaca enseguida lo cogen para la absoluta", se lamenta el croata durante una conversación telefónica con este periódico. Unos inconvenientes que no han impedido a este exjugador del Oviedo lograr algunos éxitos con su selección: "Sabemos los problemas y tenemos que contar con ellos", zanja.

Este mediocentro, un jugador que destacaba por su técnica, dejó su mejor fútbol en Oviedo, una ciudad donde conserva amigos ajenos al fútbol y un montón de buenos recuerdos. A veces es difícil regresar al lugar donde se fue feliz y a Gracan le ha pasado algo parecido con Oviedo. No ha vuelto desde que jugó aquí, algo que ya tiene planeado solucionar: "A principios del año que viene tengo pensado ir a Oviedo. Tengo ganas de ver un partido en directo en el nuevo Tartiere, que aún no lo conozco, y hay amigos a los que quiero visitar allí".

"Me gustan esas palabras", dice Gracan cuando se le cuenta lo que recuerda la gente de él, su talento y la forma que tenía de sacar el balón jugado. Él reconoce que entonces tenían un equipo muy competitivo: "El Madrid y el Barcelona lo pasaban mal cuando venían al Tartiere, algunas veces les ganábamos, teníamos una buena plantilla. Fueron años muy bonitos, todos los partidos estaba el estadio lleno". Él se siente orgulloso de lo que hizo vistiendo la camiseta azul: "Daba todo lo que podía, fueron cuatro años en los que creo que jugué bien", añade.

Una lesión le impidió jugar en la eliminatoria de la UEFA ante el Génova. "No pude jugar pero estuve allí", rememora. Una de las cosas que no ha dejado de hacer a pesar del paso de los años y de la distancia es hablar del Oviedo. Lo hace con Jerkan y Jankovic, sus compatriotas y también exjugadores del equipo azul. También con el que era presidente del club en su época, Eugenio Prieto, con el que se encontró cuando vino a Burgos a jugar un partido que enfrentaba a las selecciones sub-21 de España y Croacia. A Prieto le llama "mi presidente" y reconoce que hablaron "bastante de fútbol".

Uno de los temas de conversación que ha tenido Gracan con los amigos que conserva en Oviedo es la travesía por el desierto que ha pasado el club. Al que fuera internacional por Croacia le resultaba difícil de asimilar que un equipo que estuvo tan arriba acabara en un pozo tan profundo. "En los años que estuvimos fuera del fútbol profesional hablaba mucho del Oviedo con amigos, fue algo para no creer; ahora lo sigo más porque puedo verlo por la televisión". Su análisis del actual Oviedo trata de ser objetivo: "A ver si nos sale todo bien y subimos, sobre todo por la afición. Creo que si no se asciende este año será el siguiente. Igual todavía no tenemos la continuidad suficiente, aún así estamos arriba y se hacen cosas bien", dice.

Si cumple sus planes, Gracan pronto volverá a pasear por Oviedo. Habrán pasado 23 años desde la última vez, pero se dará cuenta rápido de que los que le vieron jugar no han olvidado a ese rubio que trataba tan bien el balón.