Dijo Álvaro Benito, "Pignoise" y exjugador fiel del Madrid (el club está rodeado de infieles), que si en otro caso distinto al actual un equipo fuera primero sacando seis puntos al segundo y ganando el último partido en "un momento Ramos", se diría otra cosa. Vamos, no se hablaría de "la flor" de Zidane y de la de Ramos. Que seguramente la tienen, pero eso mismo ante otro tipo de personajes, insiste el guionista número tres de "Al palo", se leería como una hazaña de un "equipo enorme y brillante" que sabe ganar sufriendo cuando es necesario.
Una vez sabido que Zidane, con 35 partidos sin perder, es un hombre tocado por una "varita mágica", concluimos esta fase con que Zidane (repetimos) es un entrenador tocado por una "varita mágica" y que los grandes entrenadores son otros que se "comen" decenas de partidos pero que, aun así, son igualmente grandes genios tácticos. Bien, bueno, vale. Seguiremos atentos para ver si le envían a Zidane un curso acelerado de "grandes entrenadores" y que así este francés aprendiz de fútbol pueda enterrar la flor y alejarse del jardín. Cuando los sabios lo digan, ahí estaremos para agradecerles "ad eternum" que el Madrid ya tenga un entrenador capacitado.
Desde este "vocero" extraoficial madridista (Dios nos libre de los imparciales) se sigue en la misma teoría para melifluos (hay un conocido al que le gusta esto de los melifluos, lo mismo estamos todo el año poniéndolo), melifluos, decíamos, y demás amantes de las soporíferas homilías futbolísticas, que lo que hace el Madrid es mirar por la Liga para aumentar el negocio con estas emociones de última hora (o último minuto), que, por cierto, regala desinteresadamente el equipo. No hay más. Emoción. Nada más. Así pues es conveniente que dejen de dar la vara con la "varita mágica" y se empiece a dar las gracias al club de Concha Espina por su trabajo en pos del bien común y la vistosidad de la Liga. No obstante, Zizou, se comenta desde sus sectores más íntimos (como suelen decir otros voceros), sigue empollando cursos de entrenador para, al menos, saber de qué va esto del fútbol.
En fin, que a los merengues les sigue faltando el favor del aire, la moneda y el árbitro para que se les reconozca medio mérito.
Recurramos a Alaska para incluir en el CD de "Al Palo" el éxito "Bailando". Más que nada por aquello de "me paso el día bailando y los vecinos protestando...", en una versión algo libre de la letra.
