El pasado mes de noviembre saltó a la fama y ahora ya es una celebridad consolidada. Al menos, en el estadio de los Golden State Warriors de Oakland. Hablamos de Robin Schreider, la que ya es conocida como 'la madre de los Warriors´.

Esta profesora retirada, que con sus eléctricos bailes se ha convertido en una atracción más para los seguidores del equipo -los aplausos y vítores que recibe son equiparables a los que se oyen cuando Curry anota un triple-, lo tiene todo para ser tan reconocible como ella es. Porque además de sus extasiadas coreografías, sus gafas de pasta y ese jersey de punto azul y amarillo con la proclama ´¡Campeones!´ tejida en la parte superior son inconfundibles.

Tras varias jornadas acaparando la atención de la ´Dance Camera´ que entretiene al público en los intermedios, los Golden State han puesto el ojo en el potencial de Schreider y la han convertido en una ´cheerleader´ más.

En el útlimo partido de los Warriors, ante los Jazz de Utah, la ´madre de los Warriors´ defendió su primer baile sobre el parqué, que ensayó durante días con las animadoras oficiales del equipo. No será el último, a juzgar por el éxito que ha cosechado con él.