La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Poca risa con Mateu

La peculiar interpretación del reglamento del árbitro afecta a la esencia misma del fútbol

Antonio Miguel Mateu Lahoz es un tipo simpático y cercano, un árbitro diferente capaz de preguntar a un futbolista por la familia mientras se juega el título de Liga. La cuestión es que sus decisiones afectan a mucha gente y se ha empeñado en reescribir unas normas que él debería de limitarse a cumplir. Porque el problema no es que interprete como penalti un empujón entre compañeros de equipo, sino que cambie de criterio según la zona del campo donde se cometen las presuntas infracciones. Mateu es tan especial que manda seguir el juego cuando algún futbolista corre serio riesgo de quedarse lisiado y le vale cualquier contacto, por mínimo que sea, para dirigirse al punto de penalti. Como alguien no ponga freno a esto, el fútbol español y parte del europeo se dividirá en dos: con Mateu y sin Mateu. Porque su estilo, por llamarlo de alguna manera, condiciona el juego en sí. Con esa vara de medir tan alta en las zonas blandas y tan rígida en las áreas, nadie sabe a qué atenerse y seguirán viviéndose situaciones tan absurdas como las del reciente Real Madrid-Sevilla. Así que poca risa con Mateu.

Compartir el artículo

stats