Sergio Ríos retornó esta temporada al Avilés de la mano de José Luis Tamargo, el responsable deportivo de la primera plantilla, y pasa por ser uno de los jugadores con más futuro del fútbol avilesino. El joven punta (19 años) metió la pasada temporada 34 goles con el Quirinal en Liga Nacional juvenil y este año lleva dos (Tuilla y Condal) en los 10 partidos en los que tuvo minutos, aunque espera que lleguen más.
Su olfato goleador, su forma de trabajar en el campo y su atrevimiento a la hora de jugar levantaron el interés de otros equipos y es una pieza cotizada en el mercado invernal, incluso para los clubes más potentes de Tercera.
Tiene varias posibles salidas para este mes de enero, pero el jugador no se ve cambiando de aires. "De momento estoy aquí contento y me veo en el Avilés todo el año", precisó. Lo curioso es que hace dos años había decidido dar prioridad a los estudios frente al fútbol y empezó en El Quirinal por hobby. "Las cosas empezaron a salir bien y aquí estoy cuando no me esperaba para nada salir de juvenil y llegar a uno de los mejores equipos de Tercera, si no el mejor, porque eso dice la clasificación".
El avilesino tiene firmadas tres temporadas con el club blanquiazul y su intención ahora es seguir progresando en un año que puede ser de transición en un equipo plagado de grandes delanteros, aunque él no renuncia a nada a pesar de la fuerte competencia. "Afronto el año con la ilusión de ir entrando más y con ganas de hacerme un hueco en el equipo, que es lo que busco desde que empezamos la temporada, aunque en este vestuario hay gente con mucha experiencia". Y añadió: "Es lo que hay y tengo que pelear con ellos para intentar ganarme el puesto en cada entrenamiento, como siempre".
Y es que para él, señala, la única diferencia este año es "que estoy en otro sitio y con gente mayor, y me tomo el año para mejorar, darlo todo y ayudar al equipo en lo que pueda".
En esa empresa tiene el apoyo del vestuario. "Todos sabemos que es muy difícil acabar de juveniles y entrar en un equipo como el Avilés, que siempre aspira a lo máximo y tiene una alta exigencia, y por eso me apoyan. Es un vestuario diez y todo el mundo me da ánimos y consejos para mejorar".
Un vestuario del que, asegura, está aprendiendo mucho, incluidas las típicas "perrerías" de la gente veterana. "Te enseñan a aguantar el balón, a sufrir y pelear, que es lo más importante".
En la primera vuelta fue convocado en 15 partidos y tuvo minutos en diez. "El balance es positivo, estoy contento. Empecé con una pequeña lesión en la cadera y tardé un poco en entrar, pero fui contando más y ahora estoy casi siempre jugando", señala, aunque precisa que no se conforma. "Siempre hay que ir a por más e intentar hacerlo cada vez mejor".
El equipo dejó dudas ante el Lenense y Ríos achaca el haber encajado cinco goles (cuatro en el segundo tiempo) a una cierta relajación. "A partir del primer gol suyo hicimos una primera parte muy buena en todos los sentidos, jugando tranquilos y metiendo goles, que es lo importante porque al final es lo de que da los tres puntos. Es verdad que a partir del 1-5 nos relajamos un poco, todo el mundo quería marcar gol y ellos se acercaron pero yo creo que la victoria nunca estuvo en peligro".
El partido no dejó buenas sensaciones en el vestuario blanquiazul, pero Ríos dice que se aprendió la lección. "Hay que intentar no relajarse y estar más atentos a las segundas jugadas porque en la segunda parte el Lenense jugó mucho al pelotazo y nos las ganó prácticamente todas". Pero lo importante, recuerda, es que se sumaron los tres puntos. "Eso es lo que vale cada domingo, pero sabiendo que será difícil ganar si nos meten cinco".
El reto, por último, es el título. "Es lo que queremos y la clave es seguir fuertes en el Suárez Puerta. De momento vamos arriba y nos hemos quitado campos muy fastidiados como Tuilla y Mareo", concluyó.
