La ineficacia ofensiva y una alarmante fragilidad defensiva condenaron a un Caudal que fue superior al Burgos pero acabó pediendo en una auténtica final por evitar el descenso. Los de Iván Ania sucumbieron ante un cuadro castellano que supo aprovecharse de dos errores defensivos garrafales y de una infantil expulsión de Saavedra que dejó a los mierenses con un jugador menos 26 minutos que fue, precisamente, cuando rozaron un merecido empate cuando perdían por 0-2.

El fútbol es un deporte en el que quien es capaz de dominar las áreas suele ganar. Este es, precisamente, el principal problema de un Caudal que, por juego, es uno de los mejores equipos del grupo pero que nunca domina las áreas y que muy pocas veces es capaz de competir con inteligencia. En ataque es un conjunto vertical y estiloso pero que cuando se acerca al área se le nubla la visión siendo ineficaz a lo que se une que en defensa es un cuadro frágil hasta la bisoñez con errores de otro nivel. Estos dos aspectos son los que están condenando a los blanquinegros a la lucha por evitar el decenso y los que ayer privaron al Caudal de una victoria que, por méritos, merecieron.

En ataque marraron hasta seis ocasiones claras, incluidos dos "mano a mano" con el meta burgalés, un Toni Lechuga quien fue el mejor de los de Manix Mandiola pero es que en defensa dos errores infantiles significaron los dos tantos visitantes. Uno en una jugada de salida desde la zaga en la que un mal pase de Saavedra sobre David González dejó solo a Adrián Hernández ante Bussman y otro una indecisión general de la zaga permitió al mismo punta hacer el 0-2.

Estos dos errores condicionaron la primera final de los caudalistas en el Antuña. Sí, final porque así había calificado Ania en la previa la visita de un Burgos que llevaba todo el curso en zona de descenso y que se va de Mieres fuera del mismo. El cuadro blanquinegro era consciente de la trascendencia del duelo y quería ser un equipo competitivo. En la primera parte los de Ania salieron sin las alegrías ofensivas de otras ocasiones. Supieron trabajar el duelo poco a poco ante un Burgos temeroso que se plantó con una defensa de cinco hombres para buscar la contra. Dentro de este duelo de precauciones el Caudal encontró dos vías para crear peligro. Una fueron las faltas laterales donde siempre crearon peligro y otra la banda izquierda burgalesa donde el ex caudalista Jorge sufrió con Annunziata y Jaime. En el minuto 23 llegó una acción que pudo decantar el encuentro. Jaime se quedó solo ante Toni Lechuga pero el meta le detuvo su disparo y en una contra al filo del descanso el portero volvió a ser clave pues desvió otro mano a mano de Ernesto despejando el rechace bajo palos Dani Gómez.

Con empate sin goles se llegó al intermedio. A los dos minutos de la reanudación Saavedra cabeceó fuera por poco una falta lateral de Jaime. El Caudal salía decidido a marcar pero llegó el fatídico minuto 61 cuando Saavedra realizó un pase a David González en zona defensiva que el medio no pudo controlar dejando solo a Adrián ante Bussman haciendo el 0-1. Tres minutos después, el mismo Saavedra, cometió una infantil falta que significaba su segunda amarilla dejando al Caudal con diez y en el minuto 72 un error en cadena de la zaga propiciaba el 0-2. Con todo, el Caudal tiró de casta y Noel Alonso hizo el 1-2 a la salida de un córner. Restaban diez munutos y los mierenses encerraron a un timorato Burgos en su área pudiendo empatar en el 89 pero el palo lo evitó en un mal despeje de la zaga visitante en una falta lateral botada por Jaime dejando sin puntos al Caudal.