El filial se trabajó la victoria en su vuelta a la Liga en un partido con más miga de lo que pudiera parecer. Los rojiblancos, que marcaron en los momentos clave, encarrilaron la victoria con un gol en los primeros compases, gracias a la falta de contundencia del portero visitante en un córner, y administraron la renta sin pasar mayores apuros. Tuvo el Sporting B algunas ocasiones para aumentar su renta en el primer tiempo, pero Carlos Castro se redimió con intervenciones de mérito. El Condal apenas se asomó al área de Javi Benítez, titular ayer tras los problemas físicos de Dani Martín. Sólo en acciones a balón parado llevaron peligro.

El entrenador local José Alberto tuvo las bajas de última hora de Pedro Díaz y Luismi, con un proceso viral, y le entregó la manija del equipo a Nacho Méndez, quien formó una estimable pareja con Cristian Salvador, un futbolista de cuerpo entero.

El Sporting golpeó sin previo aviso y ese tanto inicial en una acción a balón parado allanó el encuentro. El Condal acusó el golpe inesperado y quedó tocado durante algunos minutos. No sentenció el filial y el Condal fue creciendo. El partido entró en una fase anodina, de mucho contacto, pierna dura y algún encontronazo al que el árbitro no supo frenar.

Cuando se esperaba un paso adelante del Condal a la vuelta del descanso, llegó la sentencia del filial. Una falta intrascendente en el centro del campo, la convirtió el recién incorporado Cayarga en una genialidad. Un saque profundo hacia Jaime Santos, control orientado con el pecho y toque de puntera.

El Condal no se rindió y logró acortar distancias con un cabezazo de Aitor Elena. Álvaro le devolvió al filial la distancia de seguridad, pero los visitantes apretaron y asedieron el área rojiblanco. Una arrancada de Álvaro acabó con un penalti dudoso sobre Pablo Fernández, que marcó en el rechace y cerró el partido.