En menos de dos horas solventaba ayer Pablo Carreño su partido de segunda ronda ante el británico Kyle Edmund (6-2, 6-4 y 6-2) y al término del mismo le preguntaban en la misma pista sobre sus opciones en la tercera frente al serbio Novak Djokovic, número dos del mundo, defensor del título y ganador en Melbourne en seis ocasiones. El asturiano advirtió de entrada: "Si gana". Djokovic, el gran faviorito, tenía aún que jugar su partido de segunda ronda ante el uzbeco Denis Istomin, 117 del ranking de la ATP... y perdió. Fue la gran sorpresa de una larga jornada para el tenista gijonés, en la que también alcanzaba la segunda ronda del cuadro de dobles junto al albaceteño Guillemo García-López al imponerse por 6-4 y 6-2 a los australianos De Minaur y Purcell.

Carreño, cabeza de serie número 30, alcanzaba por tercera vez en su carrera la tercera ronda de un "grande" (las dos anteriores en el Abierto de Estados Unidos, en 2014 y 2016) tras protagonizar un partido tremendamente serio basado en la solidez de su servicio. Y es que el asturiano no cedió ni una sola vez su saque después de solventar las seis oportunidades de break que tuvo el británico, mientras que al resto convertía cinco de las ocho bolas de ruptura de las que dispuso.

Además, Carreño está evidenciando una gran solidez en la pista, cometiendo únicamente 17 errores no forzados por los 38 de su oponente.

Ahora, contra pronóstico, se medirá en la tercera ronda del primer Slam del año con el uzbeco Istomin, que dejaba fuera de juego a Djokovic tras un maratoniano partido de casi cinco horas en el que remontaba al campeón vigente del torneo por 7-6 (10-8), 5-7, 2-6, 7-6 (7-5) y 6-4.

"Ha sido la victoria más importante de mi carrera. Terminé con calambres, pero la alegría de la victoria compensa el cansancio. Me siento fuerte", señaló Istomin, que en los cinco enfrentamientos anteriores que había mantenido con Djokovic sólo había logrado ganar un set al serbio.

Istomin celebró con un golpe en el pecho el saque directo con el que se imponía en el desempate de la cuarta manga, un punto que dejó especialmente tocado a un Djokovic que terminó admitiendo sus dudas. "No creo que sea un problema físico. Intentaba lo de siempre y no funcionó", dijo el de Belgrado.

Para Carreño la jornada se cerraba ya de noche en Melbourne con su debut en el cuadro de dobles junto a García-López, con quien el pasado año alcanzó la final del Open USA. Un debut realmente plácido pues el asturiano y el albaceteño se imponían por 6-4 y 6-2 a los locales De Minaur y Purcell sin ceder siquiera una bola de break. En segunda ronda se medirán a otra pareja australiana, Barton y Ebden, que superaron 6-2 y 6-4 al canadiense Pospisil y al checo Stepanek, duodécimos cabezas de serie.