La plantilla del Marino analizó ayer la derrota (1-0) ante el Langreo en Ganzábal antes de iniciar la sesión de entrenamiento en Balbín y la conclusión general es que el equipo estuvo bien los primeros 15-20 minutos de cada parte, pero después perdió un poco el sitio y no leyó bien el partido en determinados momentos. "Podíamos haber hecho más y tuvimos ocasiones, pero no estuvimos suficientemente centrados tácticamente para ser un equipo más compacto", resumió el técnico, Adolfo Pulgar.

Faltaron al entrenamiento de ayer el defensa y capitán Guaya por unas molestias en el adductor, aunque en principio no parece de gravedad y se espera que mañana miércoles (10.30 horas) pueda trabajar en el anexo de La Mata (Candás). Tampoco estuvo ayer Álvaro Pozo por una sobrecarga en el pubis.

El resto de la plantilla se ejercitó con normalidad a excepción de los lesionados Dani Pevida y Pablo Hernández. El primero sufre una contusión intercostal desde el partido con el Mosconia hace tres semanas y ya intentó hacer algún ejercicio, pero persiste el dolor. El jugador hizo nuevas pruebas y no se aprecia rotura.

Pablo Hernández pasó por el quirófano el 10 de enero por una luxación en la clavícula izquierda y espera empezar pronto en el gimnasio.

El equipo disfruta hoy de una jornada de descanso.