Para que Pumarín sea un fortín es indispensable que Rubén Rodríguez y Jorge Lana animen a "la mejor afición de la LEB Oro", como suele decir el propio Rubén durante los partidos. Esta pareja se ha hecho tan famosa en la liga que hasta un jugador de un equipo rival les dijo al principio de esta temporada que ni se les ocurriera cambiar la música. "Estoy harto de tanto reggaeton, menos mal que hay una cancha en la que ponen rock", asegura Rubén que les dijo un rival de cuyo nombre no logra acordarse.

Rubén y Jorge tienen muy bien pautada la música que ha de sonar en cada momento y para eso han seleccionado cuatro canciones para cuatro momentos importantes. Veinte minutos antes del inicio, la plantilla del Oviedo salta a la pista tras la última charla de Carles Marco. Cuando eso sucede, en Pumarín suena "Eye of the tiger", la famosa canción de la película "Rocky".

Otro momento clave es el previo a que los equipos sean presentados. Es necesario que el público se concentre en lo que sucede en la pista y para eso está Rubén con el micrófono y la sintonía de "Desafío Total" (la que sonaba en los partidos de los domingos en el Canal Plus). Otro momento esperado es el de la presentación del equipo local. Es obligatorio que en ese momento el público se concentre en su labor, que es la de animar, y para eso no se ha inventado nada mejor que AC/DC. El tema escogido de la banda australiana es "Highway to Hell". Un éxito asegurado. Pero si hay una canción esperada y oportuna es la que pone fin a la fiesta. Para templar los nervios tras el espectáculo y mirar el lado bueno de la vida se haya perdido o se haya ganado suena "Always Look on the Bright Side of the life", el popular tema de los Monty Python que se escucha en el final de su conocida película "La vida de Bryan".

En esta pareja el reparto de funciones está muy claro: a Rubén le toca hablar por el micrófono y a Jorge poner la música idónea en cada momento. El primero en llegar fue Rubén: "Estábamos en EBA, yo soy muy amigo de Fernando García (el director de la cantera del Oviedo Baloncesto) y un día Jaime Albertí, entonces presidente, le dijo a Fernando Villabella (el actual presidente) que era bueno que alguien presentara los partidos. Villabella se lo dijo a Fernando y Fernando me lo dijo a mí. Eso debió pasar 20 minutos antes del inicio de un partido. Entonces la megafonía en Pumarín era muy arcaica, sonaba un din, don, din similar al de un aeropuerto y yo simplemente cantaba las alineaciones".

Poco a poco fueron metiendo cosas y en el primer año de la LEB Plata a Rubén se le unió Jorge Lana. Otra vez fue la amistad la culpable. Él, desde el principio, se encargó de poner la música. El club fue creciendo y cada vez son más conocidos. Y es que Rubén es un auténtico maestro a la hora de poner al público en pie. "El baloncesto es un deporte muy divertido y de lo que se trata es de que la gente lo pase bien", explica. Para él la afición de Pumarín es especial: "Para mí es realmente de las pocas canchas en las que el público puede ganar un partido".

Rubén y Jorge preparan alguna sorpresa para la final de la Copa Princesa, que se celebrará el viernes, a las 18 horas, en Pumarín. "Hay alguna idea", reconoce. Aunque lo más importante para él es que las cosas no han cambiado tanto desde que empezó a ponerle ritmo a Pumarín: "Seguimos siendo un grupo de amigos que lo pasamos bien juntos".