Juan Menéndez Granados se ha ganado el apodo de "Juan Sin Miedo" por la dificultad y el riesgo que conllevan las aventuras que emprende. Intenta lo más complicado que se le ocurre y encima lo hace solo, sin asistencia, con su bicicleta y con una mochila en la que lleva todo lo que pueda necesitar.

Pero es precisamente el miedo lo que hace que este tipo de empresas puedan llevarse a cabo: "Sí, tengo miedo, en realidad soy Juan con miedo y no me da vergüenza reconocerlo ni nada parecido. El miedo es lo que me hace regresar, en la Antártida pasé miedo cada uno de los 46 días que estuve allí y eso me permitió volver", explicaba ayer el aventurero praviano en la presentación de su nuevo reto, que tendrá lugar en marzo en Mongolia. Menéndez Granados estuvo acompañado por el director general de Deportes, Jose Ramón Tuero, y por David Álvarez, el alcalde de su localidad, Pravia.

Juan Menéndez se irá a Mongolia en marzo y allí recorrerá más de 2.000 kilómetros en bicicleta atravesando el desierto del Gobi, soportando temperaturas que pueden llegar a veinte grados bajo cero, alcanzando alturas de 3.000 metros y ascendiendo un desnivel acumulado de 16.000 metros. Un itinerario inédito que espera realizar en unos 40 días y en el que contará con lo puesto: beberá y comerá de lo que lleve en su mochila y de lo que encuentre en un camino despoblado.

Pero Juan Menéndez no es un loco. Ha estudiado los lugares donde podrá encontrar agua, llevará brújula y GPS y sabe lo que ha de hacer si le sucede algo durante el camino. También cuenta con su miedo para evitar que suceda ninguna desgracia. "Me he empeñado en hacer el itinerario más complicado, es realmente difícil, no voy a darme un paseo", explicaba. ¿Por qué lo hace?: "Si tuviéramos un ascensor para subir el Everest todo el mundo lo subiría, pero no sería lo mismo. Yo soy de subir el Everest por la vía más difícil".

La dificultad está en las condiciones climatológicas, en el recorrido y en la carga que llevará consigo: "Beberé agua de los pozos y cargaré unos 25 litros. El objetivo es hacer una media de 62.5 kilómetros al día, es complicado llevando un remolque con agua, comida y enseres (entre otros, la tienda de campaña en la que duerme), no hay carreteras ni pistas, tengo una brújula y un GPS para guiarme", explicaba. También hará un hueco para la botella de sidra para la foto final escanciando. Todo un clásico.

Y es que Juan Menéndez ya tiene un historial importante en aventuras imposibles. Las últimas, los 600 kilómetros en Groenlandia que realizó en 2013, los 1.200 en la expedición al Polo Sur y los 1.700 cruzando el desierto de Atacama en 2015, le han hecho popular. Dice que le gustaría volver a la Antártida, pero ahora toca Mongolia. Tras diez días de aclimatación saldrá de Ulaangom con destino a Dalanzadgad. El reto parece imposible pero Juan está seguro de conseguirlo. Cuenta con su miedo.