Los futboleros sabemos muy bien que la única manera de no hacer el ridículo cuando pontificamos acerca de un equipo, un futbolista, un entrenador o un fichaje como el de Halilovic por la Unión Deportiva Las Palmas es esperar que pase el tiempo y opinar después del partido, de la temporada, de los resultados y del juego. Decía Lewis Mumford que nunca debemos olvidar la gran lección de la historia: ¡preparémonos para lo inesperado! Ahí está Donald Trump, para confirmar esta lección. Y el retorno del LP. Y el runrún en el Bernabéu después de que el Madrid de Zidane hubiera sido declarado infalible, como lo es el papa de Roma y los fichajes de Monchi. Y la declaración del Barça como Zona Libre de Títulos en esta temporada. Preparémonos para lo inesperado. Por ejemplo, el Madrid, de forma inesperada porque era algo ya sabido y demostrado científicamente, no ganará el triplete esta temporada. Por ejemplo, el Barça de Luis Enrique, de forma inesperada porque en el partido contra el Betis rozó el ridículo, todavía puede ganar el triplete y, de momento, empató en Sevilla con gol del de siempre a pase del de siempre. Lo esperado en lo inesperado.
Les confieso que todo lo que dije, en mi infinita sabiduría, antes del partido Betis-Barça se acercó tanto a los hechos como un capítulo de "Xena, la princesa guerrera" se acerca a la historia y mitología griegas. No di ni una. Pero es que todas y cada una de mis predicciones a lo largo de partido se fueron incumpliendo de forma milimétrica. Estoy especialmente orgulloso de mi última afirmación, que me costó una ronda de cañas en el bar, en la que aseguraba que el Barça no empataría el partido porque nosotros no somos como el Madrid, que siempre guarda un gol para el último minuto. Genial. Debemos prepararnos para lo inesperado, así que es posible que este Barça que nos durmió en la primera parte ante al Betis, que nos desesperó en la segunda parte y que nos desconcertó a lo largo de todo el partido gane la Liga de Campeones. Hasta es posible que André Gomes haga un buen partido con la camiseta del Barça y que Luis Enrique encuentre el antídoto contra los equipos que presionan al Barça cerca del área de Ter Stegen. Esperaremos el clavo ardiendo de lo inesperado. Qué remedio.
