En Filipinas el deporte con más tirón es el baloncesto. Allí, a las menciones a España les sigue una frase común: "¡Gasol brothers!". Los hermanos Gasol son la referencia. Pero poco a poco el fútbol va encontrando su hueco. Como sucede en Asia, Real Madrid y Barcelona, las dos bestias mediáticas, ocupan el interés de los filipinos. Pero en Sampaloc II, barriada marginal de Manila, ahora se lucen otros colores: los del Oviedo, Sporting y Avilés.
La iniciativa surge de la unión de dos mentes inquietas. La del gijonés Pablo Argüelles, relaciones públicas de un hotel en Manila y exfutbolista de la Primera División filipina, y de la gente de Rotaract Asturias, la asociación compuesta por jóvenes de Rotary International (organización que presta servicios humanitarios). Argüelles y la presidenta de Rotaract, Elisa Costales, fueron los que dan forma a la iniciativa "Ayudemos a Filipinas" invitando a que clubes asturianos enviaran material deportivo al barrio de Manila. La respuesta ha sido "impresionante", en palabras de Argüelles.
170 pares de botas y 450 camisetas, además de balones, sudaderas o bolsas de deporte fueron el resultado del material recaudado en el Principado. Los equipos más representativos de la región; Sporting, Oviedo y Avilés; llevaron el peso, pero no faltó la aportación de otros como la escuela de fútbol de Viesques, Arenal, Roces, Gijón Femenino, Vallobín o de asociaciones como "Ningún Niño sin cenar".
La idea recupera una vieja iniciativa en mente de Argüelles desde hace tres años. "Entonces impulsé 'score a smile', con un objetivo similar", recuerda el asturiano; "jugaba en la Primera División de Filipinas y le pedí al utillero del equipo que me llevase a su barrio". Quedó tan impresionado que decidió organizar partidos con los jóvenes con un objetivo claro: "Alejar a los niñas y niños de los malos hábitos en este tipo de barrios: alcohol, drogas, violencia, robos?Con el fútbol como vía de escape".
Pablo Argüelles emprendió su batalla, pero fue este verano cuando recibió un importante impulso desde Asturias. "Conocí a la gente de Rotaract y se ofrecieron a ayudarme. Elisa Costales nos explicó el proyecto. Éramos optimistas, pero las mejores previsiones se han visto superadas", cuenta el asturiano.
Costales y el resto de miembros, una veintena, empezaron a llamar a las puertas, a recoger el material y enviarlo a su destino. La sección de Rotaract en Manila también colaboró en la logística. En tierras filipinas, Argüelles contaba con la colaboración del ovetense Pablo López.
Por fin, después de meses de trabajo, se celebró la jornada con la disputa de varios partidos, además de música y comida, gracias al material recibido. "Los niños no podían estar más felices. Fue un sentimiento increíble ver jugar a niños de entre 5 y 15 años compartiendo un balón con camisetas de Sporting y Oviedo", relata Argüelles. Aquí, a los dos asturianos a los mandos de las operaciones les tiraron los colores. "Algunos conocían La Liga pero se quedaban en el Madrid y en el Barça. Ahora ya conocen Asturias y el nombre de sus equipos. Yo les enseñé fotos de Nacho Cases y Sergio Álvarez y mi amigo Pablo López, de Michu y de Esteban", comenta Argüelles.
Visto el éxito de la actividad, habrá más. "En febrero organizaremos un partido en un estadio profesional", desvela el joven, impulsor en Manila de una original cantera asturiana.
