Preocupado por el calendario que se le avecina, con el regreso de la Liga de Campeones y los dos partidos ligueros aplazados, Zinedine Zidane pudo al fin ayer esbozar una sonrisa. Dirigió el entrenamiento en Valdebebas con toda la plantilla a su disposición, excepto Gareth Bale. El Madrid, que juega el sábado en El Sadar frente al colista Osasuna, podrá contar casi con su equipo de gala para recibir al Nápoles el miércoles 15, en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones.

Dani Carvajal, recuperado de la lesión muscular de grado II en el bíceps femoral derecho, completó la sesión con el resto del equipo. Carvajal no juega desde el pasado 15 de enero, cuando se enfrentó al Sevilla en el Sánchez Pizjuán en Liga. Después, se perdió los dos encuentros ante el Celta en Copa del Rey y los choques de Liga contra el Málaga y la Real Sociedad.

Modric se ha perdido menos encuentros. En total, dos (Celta en Copa y Real Sociedad en Liga). Es una pieza básica en el centro del campo de Zidane y podría entrar en la próxima lista. Mientras, James Rodríguez es el que más tiempo suma fuera de los terrenos de juego. No juega desde el pasado 7 de enero y sus últimos minutos fueron frente al Granada en el partido que el Madrid ganó 5-0 en el Santiago Bernabéu.

De este modo, si finalmente James, Modric y Carvajal entran en la lista ante Osasuna, sólo quedará en la enfermería Bale, que ayer compaginó ejercicios sobre el césped y trabajo en el interior de las instalaciones de la Ciudad Deportiva de Valdebebas. El gales se encuentra en la última fase de su recuperación y Zidane, que ayer contó con Enzo para la vuelta a los entrenamientos, podría tener a casi toda su plantilla disponible en poco tiempo. El técnico podría reservar algún titular de cara a la competición europea. Frente al Nápoles, si no surgen nuevos contratiempos, podría alinear a Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Lucas Vázquez, Modric, Casemiro, Kroos; Benzema y Cristiano Ronaldo.

Colea Balaídos

Mientras el entrenador y los jugadores del Madrid se centran en los próximos partidos que afrontará el equipo, aún colean los ecos de la suspensión del encuentro de Balaídos. El entrenador del Celta, Eduardo "Toto" Berizzo, defendió ayer la postura adoptada por el Ayuntamiento de Vigo, que alegó falta de seguridad para prohibirlo, y para reclamar un estadio "acorde a la afición" del equipo.

"Créame, todavía llover no hago. Enfrentarse a otro rival es mejor que enfrentarse al Real Madrid, pero se dio así por el clima, el temporal. Pero el partido se hubiese suspendido ante cualquier rival porque corría riesgo la seguridad de los espectadores", aseguró el técnico argentino, que añadió: "Estábamos listos para jugar y lo estaremos cuando la reprogramación lo indique". Para Berizzo, la suspensión del choque ante el líder de Primera División debe ser una inmejorable oportunidad para que se acelere la remodelación de Balaídos.