Si los ensayos de pretemporada son, como lo han sido en los últimos años, el espejo de lo que será la campaña, el Mundial de 2017 se aventura realmente interesante en la cabeza por la esperada batalla entre Ferrari y Mercedes, y un año más tremendamente decepcionante en McLaren-Honda. Sí, es pronto para sacar conclusiones y sólo se tratan de los ensayos de pretemporada, pero es evidente que el binomio anglojaponés salido de Working no parece listo para presentar batalla alguna.

Las ocho jornadas de entrenamientos finalizadas ayer en el circuito barcelonés de Montmeló hacen pensar que Fernando Alonso se pasará otro año en el infierno. El tercero consecutivo. Todas las esperanzas depositadas en que los cambios de reglamento posibilitarían un acelerón de Honda para dotar de mayor potencia y fiabilidad al MCL32 se han esfumado en pretemporada. Los números no engañan, y los números advierten de que el McLaren-Honda sólo está en la tabla de tiempos por delante del Sauber, tres décimas de segundo, y que en cuanto a trabajo realizado es el que menos vueltas ha podido completar con 445 (55 por jornada), cuando Mercedes y Ferrari han superado con claridad el millar de giros. Y cada vuelta en pretemporada aporta un dato al equipo de ingenieros que sirve para optimizar el rendimiento.

La de ayer volvió a ser una jornada especialmente decepcionante para Fernando Alonso. El asturiano se quedó dos veces parado en medio de la pista en la sesión matinal, mientras que por la tarde tuvo que conformarse con intentar vueltas rápidas tanto con los neumáticos superblandos como con los blandos. En el global de la jornada sólo pudo realizar 43 giros en las que, al menos, lograba rebajar su mejor registro hasta el 1:21.389 con neumáticos blandos (mejor que el 1:22.412 con superblandos), aunque por debajo del 1:21.348 que logró su compañero el belga Vandoorne en la sesión anterior.

Los coches, eso sí, corren más que los del pasado año. Sñolo cuatro escuderías -McLaren, Sauber, Haas y Force India- no han sido capaces de bajar del minuto y 20 segundos por vuelta. Las otras seis presente este año en la parrilla conseguían por su parte rodar por debajo del anterior récod del circuito barcelonés, el marcador por el asutraliano Mark Webber en 2010 cuando lograba la pole del GP de España con su Red Bull en 1:19.995.

El nuevo récord lo establecía ayer el finlandés Kimi Raikkonen, que en una jornada especialmente maratoniana (completó 104 giros) marcaba con los superblandos de Pirelli un mejor crono en 1:18.634, algo más de tres segundos inferior al de Fernando Alonso. Traducido a un Gran Premio, un par de vueltas de diferencia entre ambos.

El problema, lo apuntaba el bicampeón ovetense, está en la falta de potencia del motor Honda. "En curva no perdemos casi tiempo, pero en cada recta nos faltan 30 o 40 kilómetros/hora", apuntó. Y a falta de sólo dos semanas para que el "Circo" se ponga en marcha no es fácil creer en soluciones milagrosas. Más bien invita a pensar en otro año infernal.