El dueño del Avilés, José María Tejero, y los responsables de la empresa a la que cedió la gestión hace apenas tres meses, IQ Finanzas, han protagonizado una semana vergonzosa. Da mucha pereza elucubrar sobre cual de las dos partes tiene menos razón, ya que todo lo que pasa en este club hace mucho tiempo que se da de bruces con la lógica. Lo único seguro es que esta pelea de gallitos volverá a perjudicar a los de siempre, a los entrenadores, jugadores y empleados que han tenido la desgracia de caer en una institución que no les merece. Porque mientras José María Tejero y Álvaro López se pelean enla distancia, la plantilla ve asomarse de nuevo el fantasma de los impagos. Pero como a ellos sí le importa el Avilés, cuando llega el domingo lo dejan todo en el campo.