El autobús les recogió en la pista del aeropuerto de Asturias a las 20.40 horas. Abandonaron el recinto por una salida auxiliar, media hora después, ya las 21.45 horas, escoltados por cinco vehículos de seguridad, se plantaron en su hotel de Quintueles. Sin contacto con la gente, con unas medidas de vigilancia extremas, y totalmente aislada, la selección de Israel llegó ayer a Asturias para disputar su partido de mañana en Gijón ante España.

Su cuartel general, en un hotel de Quintueles, en Villaviciosa, se convirtió en un auténtico búnker. Las medidas de seguridad son mayores a causa de la polémica surgida por el boicot a Israel aprobado en Pleno por el Ayuntamiento de Gijón, y que suscitó la movilización de los proisraelíes y los activistas a favor del pueblo palestino, que anunciaron protestas contra la selección de Israel.

Hubo grandes controles policiales en esta localidad próxima a Gijón desde ayer por la mañana, se cerró el recinto al público, hubo vigilancia extrema y revisiones de vehículos a cargo de la Guardia Civil. Desde ayer y hasta que los israelíes regresen a su país, los controles se extremarán en el hotel para cualquier actividad deportiva o social. Los habituales de las instalaciones han tenido que facilitar las matrículas de sus vehículos y copias de sus carnets de identidad para entrar.

"El dispositivo de seguridad tiene que ser muy perfecto", comentó Teodoro Morís, de Protección Civil de Villaviciosa. Hasta los perros del TEDAX de la Guardia Civil vigilaron las inmediaciones del Aeropuerto de Asturias y el hotel de Quintueles.

El sábado a las 20.30 horas la selección de Israel partirá de nuevo desde el Aeropuerto de Asturias, tras 72 horas en la región. Hoy se entrenarán entre las 18.30 y las 19.30 horas a puerta cerrada de El Molinón. E intentarán, bunkerizados, y alejados de polémica, que solo se hable de fútbol.