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A "Lucho" no le salen los números

El Barça ya ha tropezado más veces que en las dos temporadas anteriores de Luis Enrique

Neymar y Gil Manzano, tras la primera tarjeta amarilla al brasileño en La Rosaleda. DANIEL PÉREZ / EFE

En sus dos primeras temporadas como entrenador del Barça, Luis Enrique conquistó el título de Liga con nueve tropiezos como mucho: cuatro empates y cuatro derrotas en 2014-15 y cuatro empates y cinco derrotas en 2015-16. Ahora, a falta todavía de siete jornadas, en el casillero azulgrana ya figuran seis empates y cuatro derrotas. Datos que explican la situación del equipo en la tabla, a tres puntos del Real Madrid, que tiene un partido pendiente.

Curiosamente, el déficit liguero del Barcelona tiene que ver con tropiezos frente a equipos de la zona media-baja de la tabla: un empate frente al Málaga (0-0) y una derrota contra el Alavés (1-2) en el Camp Nou; y un empate en el campo del Betis (1-1) y derrotas en los del Deportivo (2-1) y el Málaga (2-0). Extraño en un equipo que fue capaz de imponerse con cierta autoridad en campos como San Mamés (0-1), Sánchez Pizjuán (1-2) y Vicente Calderón (1-2).

Se da la circunstancia de que la mayoría de los tropiezos del Barcelona en la Liga han coincidido con partidos en los que Luis Enrique ha recurrido a las rotaciones. A diferencia del Madrid, donde los suplentes habituales suelen dar la cara y conseguir buenos resultados, los fichajes azulgrana de esta temporada están desmintiendo el optimismo del entrenador a comienzos de temporada: "Tengo la mejor plantilla dsde que entreno al Barça".

Sólo Umtiti se ha anfianzado como un valor seguro, hasta el punto de discutirle la titularidad a Mascherano junto a Piqué. El resto (Digne, Denis Suárez, André Gomes y Alcácer) no han respondido a las expectativas. Llama sobre todo la atención el caso de André Gomes, el más utilizado por Luis Enrique y el más discutido por la crítica y la afición. Las estadísticas también van en contra del portugués, ya que ha participado en catorce de los quince partidos que el Barça no ha ganado esta temporada, entre todas las competiciones.

Una victoria en La Rosaleda hubiese permitido al Barça depender de sí mismo para ganar su tercera Liga consecutiva. Ahora se enfrenta a un reto mayúsculo: ganar en el Santiago Bernabeu y esperar otro tropiezo del Madrid, que tiene el comodín del partido pendiente frente al Celta. El sueño del segundo triplete se desvanece por momentos.

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