Difícil tarea tiene el cronista para explicar como un equipo que gana 2-0 a falta de diez minutos para terminar un partido totalmente controlado, y en el que está defendiendo de maravilla, es capaz de tirar por la borda todo el excelente trabajo en cuatro minutos, que fue el tiempo que el Llanes tardó en encajar tres goles del Marino y perder unos puntos que parecían en el bolsillo.

Seguramente hay varias claves, como los errores groseros cometidos en el primer y tercer gol por Berto Toyos y Alonso, especialmente el primero, que le dio alas al Marino. También tendrían algo que ver los cambios, muy positivos en los azules, pues Omar y Coutado fueron, junto a Cárcaba, protagonistas de la remontada. Y negativos en los de casa, pues Pascual y Rubén pasaron inadvertidos.

Posiblemente fue importante el saber competir, algo en lo que los visitantes apabullaron a los verdiblancos. Lo cierto es que al Llanes se le había puesto el choque de cara con dos graves fallos defensivos del Marino. Los dos los aprovechó Gael para dejar el partido a punto de caramelo.

Al final la diferencia estuvo en los cambios. Y hablando de cambios sería deseable que alguien con autoridad en el Llanes tuviera unas palabras con Cristian por sus inadmisibles gestos al ser sustituido, mostrando ostentosamente su desagrado y pateando inocentes botellas de agua, algo que no es la primera vez que ocurre.