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Actualidad | Apertura de la campaña de pesca con muerte en las cuencas fluviales del Principado

El Eo cumple los pronósticos frente a la decepción en el Narcea y el Sella

Los aficionados se quedan con ganas de capturas en un flojo estreno de la temporada que prometía más salmones al haberse avistado unos cuantos

Un aficionado prueba fortuna en busca del campanu del Narcea, en el pozo Molinón de Doriga, el domingo. M. A.

El pasado Domingo de Resurrección, después de mes y medio de período de pesca a mosca en la modalidad de captura y suelta, arrancó la temporada con muerte y todos los cebos en los ríos del Principado de Asturias. Todas las quinielas apuntaban a que el río Eo daría el primer ejemplar de la temporada, ya que los días previos a la apertura se habían visto numerosos salmones en sus aguas, parte de ellos en el coto de Louredal, que finalmente hizo buenos los pronósticos y se llevó la palma en la jornada inaugural.

Las condiciones fueron buenas en los ríos del Occidente, y con unos caudales muy bajos e impropios de estas fechas en los del Oriente. La escasez de lluvias que desde hace meses venimos padeciendo, y las pocas reservas de nieve que hay en la montaña, están propiciando una situación que puede llegar a ser preocupante. Los caudales de los ríos son más propios del verano que de principios de primavera. Esperemos que las lluvias lleguen a tiempo y en la cantidad necesaria para revertir la situación, aunque lo peor es esa escasez de nieve, que es la que debería mantener los niveles estables gran parte de la temporada.

Durante el período de pesca sin muerte de marzo y abril sólo tenemos la constancia de la captura de un ejemplar en aguas del río Narcea, donde se concentraba a diario el mayor número de aficionados a esta modalidad. Aunque no son las mejores fechas para pescar a mosca, no deja de ser un exiguo bagaje para un mes y medio de pesca. Pese a ello, las perspectivas eran buenas, se habían avistado ejemplares en todos los ríos, y el optimismo reinaba en la jornada del sábado. La triste realidad la hemos visto el domingo, con tan solo cuatro ejemplares echados a tierra en todo el Principado, tres de ellos en el río Eo y uno en el Sella. Tanto la cuenca del Narcea-Nalón como el Esva aún están esperando su particular repique de campanas. Y en un día como el domingo, con la apertura de todos los cebos y con miles de aficionados en la orillas, los ríos dan lo que tienen.

Ese optimismo de la jornada previa a la apertura se tornó en pesimismo el domingo a medida que transcurrían las horas, especialmente a orillas del Narcea, donde las voces críticas de los aficionados se hacían oír. Está claro que ha sido una apertura cuya cifra de capturas está muy por debajo de lo esperado, pero esto no ha hecho nada más que empezar y queda toda la temporada por delante. No adelantemos acontecimientos y esperemos a ver cómo evoluciona la misma. Los salmones son tan enigmáticos y caprichosos que en cualquier momento cambia la situación. No es la primera vez que esto sucede. El año pasado, sin ir más lejos, durante abril y buena parte de mayo, las capturas fueron muy escasas, pero finalmente los salmones llegaron, no en las cantidades deseadas, pero el repunte de las cifras de capturas fue significativo. Paciencia, y veremos como evoluciona la temporada.

Eo. El río de la divisoria astur-gallega demostró su condición de tempranero, pasando por el precinto de Xesteira tres ejemplares. Los días previos a la apertura habían llegado a verse hasta doce ejemplares en el coto de Louredal, aunque el sábado solo quedaban cinco de ellos. Las condiciones del río eran muy buenas, tanto de caudal como de visibilidad, con lo que estaba claro que tenía muchas posibilidades de ofrecer capturas en la jornada dominical. Antes de las ocho de la mañana, Alejandro Pérez Fernández, de Trelles, echaba a tierra, a cebo natural, el primer ejemplar de la temporada, el preciado campanu, dando en la báscula un peso de 5,790 kilos. Poco después Louredal dio un segundo ejemplar, también a cebo, de 7,280 kilos. Ya por la tarde salió el tercer salmón de la jornada en el coto de Estreitos, en este caso con un peso de 5,200 kilos. La afluencia fue buena tanto en los cotos como en las escasas zonas libres del río Eo.

Esva. El río valdesano comenzó la temporada sin conseguir echar a tierra su primer ejemplar. Mostraba unas buenas condiciones para pescar, y se ocuparon todos los cotos, aunque la presencia de aficionados por la zona libre no fue mucha. Un salmón se dejó ver durante unos instantes en el coto de Piedra Blanca, pero no terminaba de coger postura, y finalmente los pescadores no tuvieron oportunidad de hacerse con el. Las perspectivas en el Esva no son buenas, y después de la aciaga temporada pasada habrá que estar muy atentos a ver cómo evoluciona.

Narcea. La cuenca del Narcea-Nalón congregó desde primera hora de la mañana a cientos de aficionados en todos sus pozos de la zona libre y en los cotos. Se había visto algún ejemplar, y el optimismo era generalizado. El escaso caudal que presentaba los días previos incrementó el domingo debido a la apertura de las compuertas de la presa de Calabazos, que dejó el nivel del río en unas condiciones excelentes para pescar. Pese a ello, no consiguió capturarse ejemplar alguno. Se soltó un salmón a primera hora en el pozo de La Cerezalina, pero eso fue todo en un río que contó con la presencia de pescadores hasta bien entrada la tarde.

Sella. Tampoco en el Sella las buenas perspectivas se tradujeron en capturas. El bajo nivel facilitó que se hubiesen localizado varios ejemplares a lo largo de su recorrido los días previos, con lo que se esperaba una apertura con capturas. Tanto en la reserva de Cañeras, como en La Vara, Brezo o El Bollu se había localizado algún ejemplar. El domingo solo se consiguió capturar el campanu del río a manos del ribereño de Ribadesella Juan Antonio González Menéndez, apodado "El Sastrín", que consiguió echar a tierra un bonito pez de 4,200 kilos, a cebo natural, en la zona libre del Barco de Arriondas. Corría el rumor de algún salmón más suelto por la zona media, pero lo cierto es que el Campanu del río fue el único que finalmente consiguió capturarse.

Cares. Las cristalinas aguas del Cares, y su bajo nivel, facilitaban mucho la localización de peces, pero salvo un ejemplar visto hace días en Niserias, y aquellos que puedan estar en los grandes pozos fuera de ojos indiscretos, poco tiene el río. Las reservas de nieve de picos son las que son, con lo cual la situación no es la mejor. Hubo aficionados tanto el los cotos como en las zonas libres por la mañana, pero a mediodía el Cares quedó casi vació ante la nula presencia de salmones. Las mareas tampoco ayudarán los próximos días, con lo cual las perspectivas no son buenas en un río ya de por si tardío debido a la frialdad de sus aguas.

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