El navegante Ricardo Simal quiere ser el primer gijonés en enfrentarse a la Fastnet Race, una de las regatas más complicadas y legendarias del mundo. Valentía no le falta, pero sí dinero; y por ello ha lanzado un proyecto de patrocinio para recaudar fondos.

La Rolex Fastnet Race se disputa cada dos años. En la prueba los participantes cruzan las aguas del tempestuoso mar Céltico. La regata comienza el 6 de agosto y durante aproximadamente seis días los navegantes deben superar todas las dificultades para completar las 600 millas náuticas (1.100 kilómetros) de recorrido. El Estrecho de Solent, al sur de Inglaterra, acoge la salida de la prueba. Los participantes deben llegar hasta al faro de Fastnet, localizado en el sur de Irlanda, donde dan la vuelta para emprender el trayecto de regreso hasta alcanzar la meta en Plymouth, en la costa del suroeste de Inglaterra.

Ricardo Simal se ha propuesto embarcarse en esta aventura y participar de esta forma en la edición del 2017, la 47ª. del evento. El asturiano explica que su participación sería algo "pionero en nuestra ciudad y en nuestra comunidad autónoma", pues hasta el día de hoy no ha habido ninguna embarcación asturiana en esta prueba. "Es una oportunidad única de competir en una de las mejores regatas oceánicas del mundo", cuenta el aguerrido regatista, que, además, afirma que éste es un proyecto importante debido "al número de participantes: unos 300 barcos y más de tres mil personas entre tripulantes y miembros de la organización". Simal, dueño del barco "Wanted" ("Se busca"), quiere así que su embarcación, amarrada en el Puerto Deportivo de Gijón, tome la salida por primera vez en una de las tres regatas consideradas "Clásicas de Altura": hay otra en Australia y otra en Estados Unidos. "En Inglaterra queremos estar el 6 de agosto por primera vez", incide.

Para llevar a cabo el propósito, Ricardo Simal y toda su tripulación, pretende, "además de conseguir el apoyo económico, involucrar a empresas con fuerte arraigo asturiano para llevar por todo el mundo el espíritu que nos mueve a toda la tripulación". Sin embargo, la prueba no es un camino de rosas: "En el año 1979 fallecieron 19 personas", recuerda Simal.

La carrera requiere de la pericia para manejarse en el estrecho canal de Solent y el canal de la Mancha, y exige además hacer frente a la dureza del Atlántico Norte, pasando por zonas "expuestas a fortísimas corrientes y a la furia de un mar permanentemente agitado". Un reto a la hora de surcar las mareas y preparar una estrategia de navegación. La embarcación, el "Wanted", es un barco asturiano de "algo más de doce metros de eslora; sólido y robusto, capaz de soportar las duras condiciones de la prueba".

Son cinco los tripulantes valientes que, junto a Ricardo Simal, se embarcan en esta hazaña: Alejandro Cuetos, Ignacio Macías, José Simal, Enrique Serrano y Tomás Solarana. El carácter amateur del proyecto hace que sea necesario el patrocinio. Sin apoyo económico, el viaje se hace imposible. Los gastos generados "ascienden a los 35.000 euros" y son los relacionados con las comidas y desplazamientos y todo lo que supone la preparación del barco para semejante reto. Una odisea en cuyas páginas Ricardo Simal quiere escribir su nombre como el primer gijonés que consigue completarla.