La solidez defensiva y su versatilidad en ataque dieron al Madrid el billete para su quinta Final a Cuatro de los últimos siete años tras repetir triunfo en la pista del Darussafaka (78-89), lo que evita el quinto partido y permite soñar a su afición con la décima corona europea. Como ocurrió el miércoles en el mismo escenario, los hombres de Pablo Laso supieron frenar a las principales figuras del conjunto turco y le obligaron a depender demasiado de Brad Wanamaker, lo que evitó nuevas sorpresas tras el traspié en el segundo encuentro de la serie disputado en Madrid.