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Fondo Norte

La salvación exige un pleno y esperar

El gol del año, obra de Gabriel, se añade a un resultado soñado por un bravo Leganés

El Leganés ganó anoche a un despistado Betis desde que sumara los puntos precisos para asegurar la permanencia más barata de los últimos tiempos. Tan despistado anda el Betis que su entrenador, Víctor Sánchez, ha pasado de ser un héroe capaz de recuperar al equipo hundido con Poyet a ser una especie de apestado al que la grada no quiere para la próxima temporada. Pasó, damas y caballeros, señoras y señores diputados, lo que tenía que pasar a la vista de la situación de los dos equipos, pero pasó lo peor que podía pasar para un Sporting que se ve obligado a hacer un pleno de victorias en las dos últimas jornadas y esperar que el Leganés repita el pleno, pero de derrotas. Los madrileños juegan en Bilbao y reciben a un Alavés que está pensando en la final de Copa. El Sporting, ay mamina, tiene que ganar en Éibar, feudo de uno de los equipos más potentes del campeonato. Duro trago el del domingo que viene.

El Leganés jugó como suele: entrega total desde el primer minuto, presión y carreras continuas. Y pronto se puso en ventaja gracias a un penalti por mano de un defensa, señalada por el asistente de aquella zona. Iban cinco minutos de juego y a los catorce, en un despiste defensivo, El Zhar metió el pie con habilidad y marcó el segundo. El escenario soñado por los blanquiazules había aparecido para decepción del amplio mundo rojiblanco, que, sin embargo, sigue confiando. La tesis del ilustre gijonés de la calle Libertad, antes 18 de Julio, antes Libertad, sigue viva, apoyada de forma no diríamos que masiva, pero sí bien amplia.

En el campo de Butarque, donde anoche dio un paso gigantesco el Leganés para mandar a Segunda al Sporting, tuvieron los rojiblancos el mejor día de un año decepcionante. La victoria los dejaba a dos puntos del rival y los convertía en el equipo que viene de atrás superando obstáculos y rivales. Pero no hubo tal. Tanto, que la distancia a dos sesiones del fin sigue en los seis puntos, los mismos que quedan por jugar, cuatro más que tras aquella esperanzadora jornada resuelta con victoria por dos goles.

El ariete del Leganés fue, un partido más, un tal Miguel Ángel Guerrero, descartado en El Molinón por falta de calidad, en una decisión que parecía lógica en el verano, pero que ahora se ve como desdichada a la vista del rendimiento de los arietes llegados en ambas ventanas del mercado, como se dice ahora. El gol del año, el tercero de la noche, fue obra de Gabriel, que robó el balón y lo coló por la escuadra de un adelantado Adán desde dos metros dentro del campo del Betis; o sea, desde más de cincuenta metros.

En días como los actuales, las buenas costumbres han de mantenerse; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio a qué hora pasan los trenes por Villabona? Convendría que se fuera haciendo con un horario. Próxima parada, Capuchinos.

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