La selección portuguesa salió ayer en defensa de Cristiano Ronaldo, que ha amenazado con irse este mismo verano del Madrid, "indignado" como dice que está por la acusación de fraude fiscal que hay sobre él en España y por la tibieza que, a su juicio, mostró el Madrid al defenderle.

El primero en hacerlo fue el propio seleccionador luso Fernando Santos, que puso "la mano en el fuego" por él. "Siempre he dicho que pongo la mano en el fuego por Cristiano, por su carácter, su talento y su actitud como persona y como deportista". Rui Patricio, portero de la selección lusa, fue otro de los que salió a defender a su compañero: "Es un gran ejemplo para todos nosotros. Es un magnífico jugador y un gran deportista que sabe lo que tiene que hacer", dijo en rueda de prensa. Patricio se mostró convencido de que los rumores que rodean a Cristiano no afectarán ni a su ánimo ni a su juego: "Esto no va a cambiar nada. Cristiano está centrado al cien por ciento en el campeonato".

Pero la realidad es que está acusado de defraudar de forma "consciente" 14,7 millones de euros al fisco español, y Ronaldo, en el ojo del huracán, ha estallado contra sus asesores alegando que no sabía nada del asunto. Esta será su estrategia en este caso, cuyos entresijos empiezan a desvelarse en Portugal. "Ronaldo de eso no sabe, no supo y no podía saber", así resumía ayer el semanario portugués Expresso el mensaje que los abogados del astro pretenderán transmitir a lo largo del proceso, para el que han fijado dos objetivos: que sea lo más breve posible y que quede claro que el portugués no es Messi.

Cualquier parecido con el argentino del Barcelona, condenado a 21 meses de cárcel por defraudar 4,1 millones de euros, es indeseado para la defensa de Ronaldo, que no obstante se ve ahora investigado por el mismo tipo de ingresos que llevaron a su rival ante la Justicia: los derechos de imagen. La Fiscalía de Madrid acusa al delantero de cuatro delitos contra la Hacienda Pública cometidos entre 2011 y 2014, que suponen un fraude tributario de 14.768.897 euros. Las cuotas defraudadas son de 1,39 millones en 2011; 1,66 en 2012; 3,2 en 2013 y de 8,5 en 2014.

Lo hizo, según la denuncia del ministerio público, a través de una estructura societaria creada en 2010 para ocultar al fisco las rentas generadas en España por los derechos de imagen, algo que supone un incumplimiento "voluntario" y "consciente" de sus obligaciones fiscales en el país. El caso, que ha indignado al portugués tanto como para plantear marcharse del Madrid, prevé tener un largo recorrido. En Portugal se han divulgado hasta las identidades de las peritas que lideran el proceso. O al menos solo los nombres propios. "No es una mujer, sino tres" introduce el semanario Expreso para referirse a las peritas "Eva, Victoria y Caridad" de las cuales solo la última tiene sus apellidos incluidos en el texto, Caridad Gómez Mourelo, que intervino en el caso Noós.