Manuel Busto y Beatriz Manchón intentaron participar hace dos meses como K-2 en categoría absoluta en una regata en Soto de Ribera, pero los organizadores, tras consultar con la Federación Española de Piragüismo, no se lo permitieron. La razón es que la prueba contemplaba la categoría K-2 mixta, el mismo argumento que el Comité Organizador del Descenso del Sella (Codis) esgrime para rechazar la petición de los expalistas internacionales.
Lo que ocurrió en Soto de Ribera en mayo sirve para cualquier competición amparada por el reglamento de la Federación Española. En contra de lo que sostienen Busto y Manchón, una K-2 formada por un hombre y una mujer sólo podría competir por el triunfo absoluto si en la prueba no estuviese contemplada la categoría mixta.
El presidente del Codis, Juan Manuel Feliz, insistió ayer en los argumentos que lleva defendiendo desde que, hace un año, Manchón y Busto reclamaron su derecho a pelear por el triunfo absoluto en el Descenso del Sella: "Para que hubiese igualdad de oportunidades para todos los palistas tendríamos que dar tantas salidas diferenciadas como categorías. Sería más justo, pero la prueba perdería su esencia. Ya no sería el Sella".
El sábado, en Arriondas, tomarán la salida 860 embarcaciones. Las diez primeras K-2 y K-1 clasificadas en la edición anterior pueden participar en un control previo para determinar los cabezas de serie, así como una embarcación de cada país extranjero. A partir de ahí, empezando por los sub-23 y los juveniles, van sucediéndose los palistas hasta ocupar casi un kilómetro en la orilla del río. Esa sí es la verdadera peculiaridad del Sella.
