A David Ruiz, presidente del Oviedo Kayak-La Ribera, la actuación de uno de los palistas de su club, Óscar Santos, que hizo trampa en la competición de C-1, le amargó un Descenso del Sella que estaba siendo casi perfecto. Walter Bouzán, que forma parte de este club, había sido el ganador absoluto de la prueba acompañado en el K-2 por Álvaro Fernández Fiuza (Grupo Covadonga). Además, el Oviedo Kayak-La Ribera se proclamó campeón por clubes de la prueba internacional. Incluso él, David Ruiz, se había impuesto en el K-2 mixto junto a Raquel Carbajo. "El Descenso para nosotros es muy importante, nos jugamos mucho, y esto me sabe muy mal", asegura el presidente del club.

David Ruiz tuvo que hablar con el canoísta que hizo trampas para pedirle que abandonara el club. El deportista, que reconoció haber recorrido una parte de la prueba a pie, entendió la decisión y la asumió. El palista zamorano del equipo ovetense cruzó el puente de Ribadesella en primera posición, a mucha distancia de sus rivales. Fueron las protestas de los palistas afectados las que llevaron a corregir rápidamente la clasificación, siendo descalificado el canoísta por el juez-árbitro de la prueba y otorgada la victoria a Diego Suárez. El canoísta ahora expulsado sacó más de ocho minutos en la meta a Diego Suárez, el gran favorito.

"El palista se ha disculpado con los compañeros y con la entidad. Dado la demora que estaba tomando el asunto, tanto en la demostración del tipo de ilegalidad como de la defensa, hemos tomado dicha decisión", aseguran en su perfil Facebook los responsables del Oviedo Kayak-La Ribera, quienes, aunque desconocían la maniobra de su palista, piden disculpas "a todos los que se vieron afectados, en especial a Diego Suárez, su familia y a su club, la Sociedad Cultural y Deportiva de Ribadesella".

Los hechos apuntan a que Óscar Santos no paleó la prueba sellera en la misma embarcación. La que pasó el control, con el consiguiente chip, en los aledaños del puente Emilio Llamedo Olivera, en Arriondas, no era la misma que arribó a la meta de Ribadesella, pues carecía del correspondiente chip. Aún más, los primeros C-2 senior se dieron cuenta que llevaban delante, en el transcurso de la competición, un C-1 a la altura del kilómetro 14,200, ya que, con anterioridad no había constancia de ese canoísta del Oviedo Kayak. Y es que llegó a la meta nada menos que noventa puestos por delante del segundo C-1, Diego Suárez Díaz (SCD Ribadesella).

Después de varias protestas y contrastados una serie de testimonios, el juez-árbitro Carlos Piélagos, actuando de oficio, tomó la decisión de descalificar al infractor. El presidente del Oviedo Kayak reconoce que, cuando supo el tiempo realizado por el canoísta y la distancia que le sacó a sus perseguidores, se temió lo peor. Él ha reconocido haber pasado un tramo del río a pie. Algunos testimonios aseguran que pudo hasta utilizar un vehículo para recorrer parte de la prueba.