"Sin hacer fuerza veo imposible abrir los cepos de salida, salvo que utilices una palanca o similar. Y estando agachados, más difícil todavía". Son palabras de Miguel Ángel Pérez Aller, el inventor del sistema de salida que se implantó en 1994 para evitar caos como el ocurrido en el LVII Descenso del Sella, con varias descalificaciones.

Pérez Aller diseñó una estructura metálica con cerrojos, donde los palistas introducen la pértiga de la pala. Cuando se pone el semáforo en verde, los encargados de los cepos abren -tras tirar con fuerza de la varilla- los cerrojos. Pérez Aller estuvo vinculado al comité organizador durante más de tres décadas, hasta 2013. El sistema lo montaron Javier Mateo y Juan Antonio Ardines, empleados de Metalúrgica del Cantábrico.

Hasta 38 técnicos de salida llegaron a colaborar con el CODIS en el año 1995, con más de un millar de embarcaciones tomando parte en la prueba sellera. Bajo la coordinación del parragués José Luis Antuña Guerra, "Guerrina", suelen citarse apenas media hora antes del inicio de la competición, a pie de río, luciendo la correspondiente camiseta identificativa o bien, en algún caso, la tradicional montera picona y el chaleco de Les Piragües.

El comité organizador del Sella estudia un sabotaje en la salida

El comité organizador del Sella estudia un sabotaje en la salida

La responsabilidad de ese grupo de personas es máxima, con la mirada puesta en el semáforo que indica el momento en el que tienen que abrir los cepos para que las palas queden libres y los palistas corran por el pedrero hacia sus embarcaciones. En los primeros años de aplicación del operativo, uno de los encargados del primer tramo -donde están los cabeza de serie en barcos de equipo- fue el corverano

José Seguín Santos; después "Vitín" Peruyero, y ahora se responsabiliza de ello Paco Bonilla.

Sigue la investigación. Representantes del CODIS, encabezados por su presidente, Juan Manuel Feliz, mantuvieron en las últimas horas reuniones con los presuntos implicados en el asunto de los cepos del Sella, Alfonso Vivero y Emilio Ardines, vinculados al piragüismo y residentes en Cangas de Onís. Ambos negaron ser los responsables de la apertura anticipada del cepo de salida.