El Sporting B sumó una derrota en Anduva tras caer por la mínima ante un Mirandés que no ofreció una buena imagen en su retorno a la Segunda B. Los pupilos de José Alberto por momentos fueron superiores a los mirandesistas y dispusieron de ocasiones en el segundo tiempo para haber podido sumar al menos un punto.

El encuentro se inició con el Mirandés especialmente enchufado. Los rojillos comenzaron mandones ante un Sporting B que tampoco salió a especular sobre el tapete de Anduva. Y eso que la escuadra de Pablo Alfaro no tardó en meter el miedo en el cuerpo al conjunto sportinguista. Yanis, uno de los refuerzos más destacados, centraba al segundo palo y el testarazo de Jaime Santos, con pasado en Mareo, se marchaba ligeramente desviado.

Sólo se había cumplido un minuto y el Mirandés ya había dado su primer aviso. Pero los los pupilos de José Alberto no se descompusieron y empezaron a estirar líneas, ganar metros y a ver cada vez más cerca la portería de Limones. Pedro estuvo cerca de adelantar a los asturianos. El enganche le robaba la cartera a David Prieto, en un despiste defensivo, y enfilaba como una bala hacia el cancerbero mirandesista que, en una gran intervención, desbarataba el mano a mano.

El Mirandés sufría lo indecible para salir con el balón jugado. El Sporting B, bien posicionado, cortocircuitaba por completo a unos jugadores rojillos que no eran capaces de combinar con fluidez y de generar peligro en las inmediaciones de Dani Martín. Pero si algo tiene el conjunto de Alfaro es pegada. Capaz de hacer una ocasión de la nada, le bastó un centro desde el costado derecho de Paris, cabeceado por Cervero, para perforar la meta de Dani y poner a los rojillos con ventaja en el marcador.

Tras el gol mirandesista y unos compases de dominio local, el filial volvió a meterse de lleno en el encuentro y a empezar a merodear a Limones. Cristian Salvador y Cayarga eran capaces de jugar en línea de tres cuartos, pero la falta de acierto en los últimos metros dificultaba a los asturianos a la hora de crear peligro.

El segundo acto comenzó con los asturianos bien plantados ante un Mirandés que parecía conformarse. Los de Alfaro no se sentían nada cómodos sobre el verde pero la falta de mordiente de los asturianos facilitaba las labores defensivas a los rojillos. Isma Cerro emergió para echarse el equipo a sus espaldas y de sus botas llegaron las opciones más claras para la igualada. Sin éxito. El Sporting B se fue con una derrota que no mereció.