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Culé Moyáu

Carl Sagan y Messi

Los futboleros en general y los culés en particular vivimos una época única en la historia del fútbol, muy parecida en cuanto al conocimiento a la época en la que esta generación de seres humanos pasará, como decía el gran Carl Sagan, de la ignorancia al saber en grandes cuestiones fundamentales que, por supuesto, no tienen nada que ver con el precio del kilo del gol. A pesar de la charlatanería pseudocientífica, de la grosera visión del mundo impuesta por las religiones y de que la superstición se resiste a morir, nuestra época es única porque comenzamos maravillándonos y terminaremos por comprender. Y lo que vale para las grandes cuestiones del conocimiento sirve también para el fútbol. Todos comenzamos maravillándonos con Messi y terminamos comprendiendo que estamos, por fin, no sólo ante el mejor futbolista de la historia, sino ante un hombre que ha conseguido que comprendiéramos que el fútbol es una cuestión de ser, de estar y de parecer. No seamos supersticiosos. El control y disparo de Messi en su primer gol (en fuera de juego) al Espanyol no fue cuestión de suerte, los dioses del fútbol no se aliaron en su segundo gol para hacer que el balón llegara a Messi tras un par de rebotes, y Messi no estaba donde tenía que estar en el tercer el gol por una cuestión geocéntrica relacionada con su posición aparente, sino por un hecho luminosamente heliocéntrico.

Nuestros hijos, decía también Sagan, conocerán y aprenderán las respuestas antes de que hayan tenido ni la menor posibilidad de formularse las preguntas. La barbarie creacionista y las burdas mitologías de los llamados libros sagrados, que tanto tienen que aprender de los mitos griegos, pueden intentar hacer que nuestra vida sea más fea y tonta, pero el hecho es que la ciencia tiene respuestas para muchas de las grandes preguntas que torturaban al ser humano desde que levantó la vista hacia el cielo. Los abdominales de Ronaldo y la mitológica colección de títulos del Madrid no pueden competir con el impacto de Messi en el fútbol. En los patios de los colegios, los niños ya conocen las respuestas a las grandes preguntas futboleras mucho antes de que tengan la posibilidad de formularlas porque las han encontrado el fin de semana anterior viendo jugar a Messi.

Vivimos una época maravillosa, y no estoy hablando de los cuatro puntos de ventaja ante el Madrid.

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