Nueve puntos sumados de doce en juego y ante rivales de altura. El inicio del Sporting B es más que prometedor. Buena muestra de ello ofreció ayer en El Molinón, donde fue capaz de tumbar al Racing de Santander, candidato al ascenso a Segunda, con una excepcional segunda mitad. El conjunto de José Alberto ya es cuarto en la clasificación, levantando la ilusión alrededor de un equipo sobradamente cualificado en todos los aspectos del juego.

No comenzó bien el partido el filial gijonés, desubicado en el inmaculado césped de El Molinón. Así fue como ofreció una versión descafeinada en la primera parte, sin apenas llegar al área racinguista. El cuadro cántabro fue el único que pudo adelantarse en el marcador con un disparo de Dani Aquino que repelió el poste derecho de Dani Martín. Y hasta ahí llegaron las ocasiones.

Todo cambió de forma radical en la segunda mitad. Los espacios comenzaron a aparecer y el Sporting B se soltó con desparpajo. También aparecieron los errores, como demostró la zaga racinguista en el primer tanto en el que Isma Cerro fue el más listo al aprovecharse de la pasividad para despejar un centro lateral de Cordero. El extremeño fue el más decidido y remató de cabeza a la red adelantándose a Castañeda. Pero poco le duró la alegría a los de José Alberto, que veían como tres minutos después, el Racing igualaba el partido con un potente disparo desde la frontal de Óscar.

Pero ya se había abierto la veda ofensiva y ahí, el Sporting B fue un vendaval. Adri Montoro y Pablo Fernández se encontraron con la respuesta de Iván Crespo, que nada pudo hacer ante el zurdazo cruzado de Cristian Salvador, que ponía de nuevo en ventaja al Sporting B. En ese toma y daca, los gijoneses estuvieron más atinados y concedieron menos en defensa porque cuando se cumplía el tiempo de prolongación, una pérdida en la salida de balón racinguista la aprovechó Bertín para sentenciar el duelo y poner al filial rojiblanco en una posición en la tabla privilegiada.