Baracaldo, Área 11

Después de seis jornadas sin conocer la derrota, el Sporting B, que no había perdido en Vizcaya, sucumbió tras una fría primera mitad. Los locales habían sido muy superiores y reaccionaron los guajes tras la reanudación, pero sólo consiguieron dar vida al partido, porque Bertín tuvo el empate en la prolongación y los reflejos de Viorel desviaron el cuero. El Barakaldo, que recibió en su feudo el primer gol de la temporada, sufrió tras el mismo porque las contras de Jurgi Oteo no fueron refrendadas por sus compañeros.

Bajo un sofocante bochorno, treinta grados en Lasesarre, José Alberto López colocó en el terreno a los mismos jugadores que en la jornada anterior, con la excepción del sancionado Víctor Ruiz, suplido por el central Pelayo Suárez. Y los jóvenes astures, como máximos goleadores del grupo, quisieron enseguida desplegar su fútbol ofensivo, partiendo de los robos en el centro del terreno, y con la colaboración de su pivote Cristian Salvador.

Pero ayer en la medular se imponían Cerrajería y Baba, y éste, tras jugada personal, iba a asistir a Vitoria para provocar el primer córner del partido. Lo sacaba con intención Oca y Baba, entrando con su testa, marcaba el primer gol de los locales. Los del Principado, que no terminaban de enlazar jugadas de peligro, intentaban sin suerte acercarse al área baracaldesa, pero sólo llegaron a inquietar a Viorel con un potente disparo de Adri Montoro desde el borde del área que el guardameta atajaría en dos tiempos. Por contra, los gualdinegros obligaban a Dani Martín a estar muy atento en los envíos en profundidad, y además tuvo que emplearse a fondo tras un disparo de Oca. Luego, Cerrajería también asustó a los guajes con un remate con mucha intención que se marchó ligeramente alto.

El citado pivote local, Galder Cerrajería, en las postrimerías de este primer periodo, envió un centro marca de la casa a su delantero centro Buenacasa, para que éste ampliara la herida con un disparo desde el borde del área pegado al palo. Dos a cero. Los rojiblancos, desconocidos y muy grises, se iban al descanso con un fuerte y merecido castigo ante su falta de intensidad y chispa en esta primera parte.

Los de Mareo, tras la previsible "bronca" de su técnico en el vestuario, saltaron con otra actitud. Ahora jugaban en la parcela rival, sin llegadas claras, pero con las líneas muy adelantadas y más intensidad en busca de acortar distancias. José Alberto no tuvo más remedio que mover el banquillo ante la inoperancia atacante y esto resultó providencial.

Los dos hombres que salieron al campo participaron en el gol sportinguista. Bertín se iba por la izquierda y su envío bombeado lo cabeceaba en el segundo poste Pablo Fernández. No hubo más llegadas en ventaja y sí dos peligrosas contras de Jurgi Oteo y otra de Baba que no encontraron los tres palos.

Sólo en el minuto 92 de partido, los rojiblancos pudieron igualar, cuando Bertín remataba de cabeza a bocajarro y a cuatro metros del marco, pero Viorel, en un alarde de reflejos, despejó la pelota. A sí fue como el filial descansó de su gran serie de resultados al séptimo día.