Pocas veces las diferencias entre el fútbol de Primera y Segunda División se ven tan claras como en el reparto de los derechos de televisión. Los últimos datos conocidos, correspondientes a la temporada 2016-17 y hechos públicos por la Liga de Fútbol Profesional (LFP), explican, por ejemplo, la brecha entre los dos grandes del fútbol asturiano: el Sporting cobró 38,8 millones de euros, pese a acabar descendiendo, mientras que el Oviedo, que merodeó toda la temporada los puestos de play-off, tuvo que conformarse con 5,9 millones.

Los dos equipos aumentaron sus ingresos respecto a la temporada anterior. En 2015-16, el Sporting cobró 28,9 millones, mientras que el Oviedo recibió 4,7. En todos los casos son cantidades netas, ya que la LFP descuenta a todos los clubes un 7 por ciento de los ingresos brutos por derechos de televisión. De ese siete por ciento, el 3,5 va para el fondo de compensación por descenso; un uno por ciento para la Federación Española, con destino al fútbol aficionado; un uno por ciento a otras federaciones; un 0,5 al CSD, destinado al fútbol femenino; y un uno por ciento a la promoción nacional e internacional de la Liga de Fútbol Profesional.

En Primera División, los clubes reciben un 50 por ciento de los derechos de televisión a partes iguales. El otro 50 por ciento responde a variables: un 25 por ciento en función de los resultados de las últimas cinco temporadas; y el otro 25 por ciento, por implantación social, del que un tercio corresponde a ingresos por abonados y taquillas, y dos tercios por datos de audiencia.

En Segunda División, además del 70 por ciento común, los ingresos de los clubes varían en el otro 30 por ciento en función de los resultados de la última temporada (15 por ciento) y por la denominada implantación social (otro 15 por ciento).