Decía José María Tejero hace un par de semanas que a nadie le tiene que importar si los futbolistas del Avilés cobran o no cobran. Como si un club de fútbol fuese una empresa más, en la que la situación de los empleados sólo afectase a ellos mismos y a sus familias. Da la casualidad de que todo lo que ocurra en un vestuario, o durante la semana, se acaba reflejando los domingos en el campo. Y los números del Avilés esta temporada, y especialmente en los cuatro últimos partidos, dan miedo: cuatro derrotas (Siero, L'Entregu, Praviano y Tuilla), ocho goles en contra y ninguno a favor. Es la primera vez en la historia que el Real Avilés pierde cuatro partidos seguidos en Tercera, que es la cuarta categoría del fútbol español. Lo peor no es el negro futuro de un club que hace menos de treinta años competía dignamente en Segunda División, sino el rechazo generalizado que provoca la figura de su dueño. Algo que chirría con la presencia de José María Tejero en la asamblea de la Federación Española de Fútbol. ¿Cómo puede representar al fútbol asturiano una persona que desprecia de esta manera a los principales protagonistas de este deporte, los futbolistas? Una pregunta que quizá debería responder más pronto que tarde Maximino Martínez.Roger Federer es el más grande de la historia

La semana se cerró con la victoria de Roger Federer en el Abierto de Australia, su vigésimo triunfo en un torneo del Grand Slam. Poco a poco, con la discreción que le caracteriza, el suizo acaba con los debates sobre el mejor jugador de la historia del tenis. Hasta el hombre al que señalan como su gran rival para tal distinción, Rod Laver, se rindió a Federer en vísperas de la final de Melbourne: "Creo que Roger es el mejor de todos los tiempos. El modo en que ha jugado durante los últimos quince años, la consistencia con la que juega, ganar tantos torneos de una forma aparentemente tan fácil...". Por mucho que admiremos a Rafa Nadal, al margen de los números hay razones para poner a Roger Federer por encima. Su tenis ha rozado la excelencia durante muchos años y su estilo le ha permitido regatear las lesiones con más facilidad que sus principales competidores. Como dice otra de las grandes, Martina Navratilova, "Roger te puede ganar de muchas maneras, tiene muchas más opciones que el resto de jugadores". Y, por si fuera poco, Federer ha conseguido todo esto sin una palabra más alta que otra, con una deportividad y una elegancia que, por la coincidencia con un tipo tan ejemplar como Nadal, han convertido al tenis en un modelo para otros deportes donde los mejores participan en una carrera de egos. La leyenda de Roger Federer continúa.